El problema de la culpa (fragmento)Karl Jaspers
El problema de la culpa (fragmento)

"Es sorprendente cómo se puede llegar a formular acusaciones. Franz Werfel, que inmediatamente después de la derrota de la Alemania hitleriana escribió un ensayo despiadadamente acusatorio contra todo el pueblo, llegó a decir que sólo Niemóller había opuesto resistencia; y en el mismo ensayo se refiere a los cientos de miles que fueron asesinados en los campos de concentración. ¿Por qué? Pues porque habían opuesto resistencia, aun cuando fuera principalmente sólo de palabra. Se trata de los mártires anónimos, con cuya desaparición carente de repercusiones, se toma aún más claro que se trataba de una tarea imposible. No obstante, hasta 1939 los campos de concentración constituían un asunto puramente interno, e incluso después se llenaron en gran parte con alemanes. En el año 1944, las detenciones políticas sobrepasaron el número de 4.000 al mes. La existencia hasta el final de campos de concentración prueba que había oposición en el país.
En las acusaciones nos parece oír a veces el tono de un fariseísmo por parte de aquéllos que, habiendo huido del peligro y libres ya de la coacción del terror, aun cuando con el sufrimiento propio de los exiliados —que no se puede comparar con el sufrimiento y muerte en los campos de concentración y con el miedo reinante en el interior de
Alemania—, vivían en el extranjero y que, al final, consideran su exilio como un mérito. Frente a ese tono nos sentimos capacitados para defendemos sin ira.
De hecho hay voces de hombres justos capaces de penetrar precisamente en el sentido del aparato de terror y de sus consecuencias. Así Dwight MacDonald en la revista Política de marzo de 1945: se llega a la cumbre del terror y de la culpa forzada bajo el terror con la alternativa: matar o ser muerto. Algunos de los comandantes, designados para fusilar y asesinar —dice él— se negaron a tomar parte en la atrocidad y fueron fusilados por ello. "



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