El Sunset Limited (fragmento)Cormac McCarthy
El Sunset Limited (fragmento)

"BLANCO: La visión pesimista es siempre la correcta. Cuando leemos la historia de la humanidad estamos leyendo una saga de derramamiento de sangre, de codicia y de locura, cuyo alcance nadie puede ignorar. Aun así, imaginamos que el futuro será de alguna manera distinto. No tengo ni idea de cómo estamos aquí todavía, pero lo que es seguro es que no vamos a durar mucho más.
NEGRO: Todo eso que ha dicho es tremendo, profesor. Y lo cree de verdad, ¿no?
BLANCO: Sí.
NEGRO: Pues yo me puedo identificar con esos pensamientos.
BLANCO: ¿Puede?
NEGRO: Puedo, sí.
BLANCO: Eso me sorprende. ¿Qué va a hacer, pensar en ellos?
NEGRO: No, si ya he pensado. He pensado en ellos mucho tiempo. No con esas palabras tan bonitas, claro, pero por ahí, por ahí.
BLANCO: Me deja perplejo. ¿Y a qué conclusiones ha llegado?
NEGRO: A ninguna. Sigo pensando.
BLANCO: Ah. Yo no.
NEGRO: Las cosas pueden cambiar.
BLANCO: De ninguna manera.
NEGRO: A lo mejor se equivoca.
BLANCO: Yo no lo creo.
NEGRO: Pero es algo que no le ha pasado muchas veces en la vida.
BLANCO: ¿El qué?
NEGRO: Equivocarse.
BLANCO: Cuando me equivoco lo reconozco.
NEGRO: A mí me da que no.
BLANCO: Es usted dueño de opinar lo que guste.
El negro se retrepa en la silla y contempla al profesor. Alarga el brazo para coger el periódico que hay encima de la mesa y se retrepa otra vez y se ajusta las gafas.
NEGRO: Veamos. Crónica en la página tres.
Dobla ampulosamente el periódico.
NEGRO: Sí. Aquí está. Amigos del difunto afirman que no quiso escuchar ningún consejo y que alegó que pensaba ir a su aire les gustara o no.
Se ajusta las gafas.
NEGRO: Un íntimo amigo suyo (levanta la vista) declaró (esto está entre comillas): A ese hijoputa no se le podía decir nada. (Levanta la vista otra vez.) ¿Está permitido escribir eso en el periódico? ¿Hijo de puta? Mientras tanto, espectadores salpicados de sangre entrevistados en el lugar de los hechos… continúa en página cuatro.
Se humedece el pulgar; pasa la página trabajosamente y vuelve a doblar el periódico.
NEGRO: … declararon que las últimas palabras del individuo al lanzarse contra el tren de cercanías que estaba entrando en la estación de la calle ciento cincuenta y cinco fueron: Yo tengo razón.
Deja el periódico sobre la mesa y se ajusta las gafas y mira por encima de ellas al profesor.
BLANCO: Muy gracioso.
El negro se quita las gafas y baja la cabeza y se pellizca el puente de la nariz y menea la cabeza.
NEGRO: Ay, profesor. Mm-mm. Es usted increíble.
BLANCO: Celebro que me encuentre entretenido.
NEGRO: Bueno, un poco especial sí que es.
BLANCO: Yo no me considero especial.
NEGRO: Ah, ¿no?
BLANCO: No.
NEGRO: ¿No cree que quizá mira a los otros currantes de la estación desde una cierta altura?
BLANCO: Los miro como a otros tantos ocupantes de la sima abisal en la que yo mismo me encuentro. Que ellos lo vean como otra cosa no me convierte a mí en un ser especial, digo yo.
NEGRO: Mm-mm. Ya veo por dónde va. Pero volviendo a los currantes esos, digo, los que esperan el Sunset Limited. Me da como que ellos quizá también son un poquito especiales. A ver, seguro que los viajeros diurnos están en un pozo más hondo que nosotros. Más hondo y más oscuro. No digo que estén tan hundidos como está usted, pero bastante hundidos sí.
BLANCO: ¿Y qué?
NEGRO: Pues que por qué no podrían ser sus hermanos en la desesperación y la autodestrucción. ¿No dicen que mal de muchos consuelo de tontos?
BLANCO: Le aseguro que no tengo ni idea.
NEGRO: Pues déjeme que lo intente.
BLANCO: Faltaría más.
NEGRO: A mí lo que me parece es que usted tiene mejores motivos que los demás. Me explico: a ellos lo que les pasa es que no les gusta esto, ¿vale?, pero en cambio usted sabe qué es lo que no está bien y por qué no le gusta. O sea, sus motivos son más inteligentes. Más elegantes.
BLANCO: ¿Se está riendo de mí?
NEGRO: No señor.
BLANCO: Pero piensa que lo que digo son disparates.
NEGRO: Yo no pienso eso. Hombre, tampoco le negaré que uno no se pueda atragantar de tanto decir disparates, pero creo que la cosa no va por ahí.
BLANCO: Ah. ¿Y por dónde cree que va la cosa?
NEGRO: No sé. Ahora mismo no estoy en mi elemento. Usted tiene motivos selectos y elegantes para tomar el Limited y en cambio esos otros tíos lo único que tienen es que igual no se encuentran a gusto. Bien pensado, a lo mejor hasta resulta que usted ni siquiera es tan infeliz.
BLANCO: Le parece que mi cultura me está empujando al suicidio, ¿no?
NEGRO: No quería decir eso. Solo planteaba la pregunta. Un momento. Antes de que me responda.
Coge el bloc y el lápiz y se pone a escribir afanosamente, sacando la lengua por la comisura de la boca, haciendo muecas. Todo ello a beneficio del profesor. Le mira de soslayo y sonríe. Arranca la página, la dobla y se la guarda en el bolsillo de la camisa.
NEGRO: Ya está. Cuando quiera.
BLANCO: Creo que es la cosa más absurda que he oído en mi vida.
El negro se saca del bolsillo el papel doblado y se lo tiende al profesor. Este lo abre y lee en voz alta.
BLANCO: Creo que es la cosa más absurda que he oído en mi vida. Muy listo. ¿Y con qué fin?
NEGRO: El fin no ha cambiado. El fin siempre es el mismo. Ya se lo he dicho antes y sigo buscando otra manera de decírselo. La luz está en todas partes, lo que pasa es que usted no ve más que sombra alrededor. Y la sombra es usted. Usted hace la sombra. "



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