Después de Nietzsche (fragmento)Giorgio Colli
Después de Nietzsche (fragmento)

"Nietzsche conocía con lagunas los testimonios históricos sobre la religión de Dionisos, pero integró, extrajo de manera exhaustiva el significado del Dios, con adivinación deslumbrante. Combatiendo al cristianismo combatía la falsa religión, la religión nacionalista, antropocéntrica, que concedió al hombre una posición aislada en el mundo, y para poder hacerlo renegó la animalidad en el hombre. Durante muchos siglos los filósofos estuvieron sometidos a la maldición de este juicio -y todavía lo están- y soñaron con soluciones segregacionistas, racionalistas (basadas en lo que nos pertenece sólo a nosotros), "humanas". Descartes nos dijo que los animales sólo son pedacitos de espacio. Por eso Nietzsche, que utilizó todos los medios a su alcance para que los hombres escucharan de su boca esta verdad (divulgando a Schopenhauer, que desdeñosamente se había mantenido aparte), aparece ante nosotros como un "liberador", para usar un epíteto con el que los griegos designaban a Dionisos.
Una visión optimista de la vida debe apoyarse en la contestación del individuo: esto no es una paradoja. si el individuo es inesencial e ilusorio, igualmente lo será su parecer, la muerte en general. Si todo lo que aparece puede entenderse como expresión de otra cosa, entonces la muerte será la realización de la expresión, el aspecto concluyente de la apariencia, quizá su perfección. La angustia de la muerte manifiesta la inadecuación de cualquier expresión: ahí está, la expresión se ha concluido, y lo inmediato, lo que expresa, no ha sido recuperado. La expresión revela de manera determinada la inmediatez: esta determinación lleva aparejada también la muerte, pero lo inmediato es inagotable. Este es el fundamento del eterno retorno, que desvela la muerte como algo ilusorio, instrumental, no definitivo. Este era el optimismo alcanzado, pero no consolidado, por Nietzsche. Con la muerte no termina nada, ni siquiera aquella expresión (a no ser en su contingente, momentáneo suceder), que retornará eternamente. Eliminado el horror de la muerte, también el dolor se transfigura, se ve bajo una luz dionisíaca, ya que es un instrumento, una manifestación de la vida, no de la muerte. En lo inmediato está la raíz del dolor, de la violencia, pero también de la alegría, del juego. Dolor, alegría, muerte expresan lo inmediato, pertenecen a la vida. "



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