En mitad de la vida (fragmento)Hermann Broch
En mitad de la vida (fragmento)

"Recordando la infancia, desde un principio
Me di cuenta de lo pasajero de la imagen:
Hombre y árbol y prado y animal
Existieron y, sin embargo, no existieron, fueron conocidos y permanecieron desconocidos,
La desconfianza, cuya confianza constantemente
Hubo de ganarse.
Y particularmente entretejido en todo lo irreconocible y toda la inconstancia,
Irreconocible pero más constante y más permanente que todo lo demás,
Entretejido en toda imagen pasajera, inmerso en el hombre, el prado, el animal,
Tejía el morir, tejía la muerte,
Lo real desconocido en lo irreal.
¿Cómo pueden, rodeados de tanta irrealidad, y a su vez pasajeros,
Abandonarse los hombres los unos a los otros? ¿No están obligados
A hacer del abandono algo soportable?
El hombre en el que he querido pensar,
Si muero,
El que quisiera tener a mi lado en esa hora, para que se me hiciera real,
Puede desaparecerme;
Nunca he podido comprender esto y nunca lo comprenderé.
No es un lamento. También el dolor es digno de ser vivido.
Pero, confiando en la desconfianza, he exigido demasiado de ti,
Demasiado para esta época en la que vivimos,
Demasiado para este tiempo que amenaza con ser tan corto,
Que apenas otra cosa estará permitida en él
Sino la escasa protección que el hombre es capaz de ofrecer al hombre,
Protección en el sueño,
Protección en la irrealidad convertida en realidad,
Protección en el miedo último.
He exigido mucho y demasiado de ti,
He sentido ansias de ti y no de ti y, sin embargo, he temido por ti.
He exigido de ti lo existente en lo inexistente,
La confianza en la desconfianza,
Algo permanente que no sea el morir y que perdure hasta que éste llegue
Para que sea más fácil,
Un saber común en torno a la caducidad, que la sobrepase,
La resistencia, oh tú, en la desaparición.
¡Qué despedida más anticipada, qué recaída en lo irreal!
Ahora cada uno debe volver a morir solo, sin
Saber del otro,
Cada uno morir solo.
A pesar de todo, no es un lamento. Pues nada ha cambiado;
Hombre, prado, árbol, mar y animal, ilimitados en la desconfianza,
Y en medio de un horror creciente
Se vuelve más rica la vida, se vuelve más rica la experiencia con cada día,
Cada día se convierte en un día regalado, ilimitado ante la desconfianza,
Harto de recuerdos, potente de recuerdos,
Oh, alma:
Qué azul estaba el mar en Staffa,
Cómo confiaba, cómo confío en ti. "



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