Korda

Alexander Korda


 Gran Bretaña | 1893-1956






















1932 | 39 años
Ensayo Nupcial  
Wedding Rehearsal
D: Alexander Korda
M: Kurt Schröder
Felix Mendelssohn



















1933 | 40 años
Vida privada de Enrique VIII, La  
Private Life of Henry VIII, The
D: Alexander Korda
M: Kurt Schröderr




















1936 | 43 años
Rembrandt  
Rembrandt
D: Alexander Korda
M: Geoffrey Toye




















1941 | 48 años
Lady Hamilton  
Lady Hamilton
D: Alexander Korda
M: Miklós Rózsa




















1947 | 54 años
Un Marido Ideal  
An Ideal Husband
D: Alexander Korda
M: Arthur Benjamin




Otros Films:

1928 EL VIGIA
1928 LA VIDA PRIVADA DE HELENA DE TROYA
1928 SIN ESCUDO NI BLASON
1929 EL AMOR Y EL DIABLO
1929 SU VIDA INTIMA
1929 THE SQUALL
1930 LA PRINCESA SE ENAMORA
1930 LIRIOS SALVAJES
1930 MUJERES POR DOQUIER
1931 DIE MANNER UM LUCIE
1931 MARIUS
1932 SERVICE FOR LADIES
1934 LA DAMA DE CHEZ MAXIM'S
1935 LA ULTIMA AVENTURA DE DON JUAN
1946 SEPARACION PELIGROSA



Biografía:
    Director y productor de cine británico, nacido en Hungría, que realizó películas en su país natal, Austria, Alemania, Hollywood y Francia antes de establecerse definitivamente en el Reino Unido, en 1931, como uno de los más importantes productores independientes. Con 50 películas a sus espaldas, su conocimiento del mercado internacional era único en el Reino Unido al fundar la London Film Productions. Consiguió financiación de una multitud de fuentes diversas para hacer La vida privada de Enrique VIII (1933), película afortunada con la que conseguiría un éxito mundial. Korda tenía una gran visión de futuro que le permitió darse cuenta de las dos principales debilidades del cine británico: su falta de inversión en equipamientos, estudios y mano de obra; y su inadecuada distribución. Para remediar lo primero, construyó los estudios Denham y se llevó técnicos europeos y estadounidenses a trabajar en películas como: Catalina de Rusia (1934), La pimpinela escarlata (1934), El fantasma va al oeste (1935) o Las cuatro plumas (1939). Así, numerosos técnicos y directores ingleses tuvieron por primera vez la oportunidad de aprender de maestros de la dirección, el montaje o la escenografía (como su hermano Vincent). También en el guion logró captar a escritores de la talla de R.C. Sherriff, H.G. Wells o Graham Greene, que ayudaron a prestigiar este departamento. Para remediar el segundo problema, Korda consiguió un ventajoso acuerdo para la distribución mundial con la productora United Artists, y otro con la firma propietaria del sistema más avanzado de fotografía en color, el Technicolor, sistema que él mismo llevaría a su máximo desarrollo en Las cuatro plumas. También sobre los actores tuvo una influencia muy positiva. Con él comenzaron bastantes futuras estrellas de la pantalla y de la escena, como Laurence Olivier, Vivien Leigh, Sabú, Merle Oberon, Flora Robson o Charles Laughton. Una vez remediados estos defectos de la producción británica, Korda continuó buscando las innovaciones, a veces antes incluso de que las tecnologías apropiadas estuvieran suficientemente desarrolladas (como en el caso de El Ladrón de Bagdad, de 1940, en la que intentó mezclar el sonido y la música en el mismo set de rodaje). Este empeño por las innovaciones, en aras cada vez más del efectismo, supuso que se aprobaran guiones sin fuerza, con lo que las películas resultaban costosas pero los ingresos resultaban impredecibles, hasta el punto de que los financieros le retiraron del control de los estudios en 1939. Korda se marchó entonces a Hollywood para completar El Ladrón de Bagdad; permaneció allí tres años en los que rodó Lady Hamilton (1941), un alegato en favor de la guerra y El libro de la selva (1942), que dirigió su hermano Zoltan. En 1942, el primer ministro británico Winston Churchill le nombró sir, honor que por primera vez recaía en un cineasta. De nuevo en Inglaterra, Korda reflotó su productora. Volvió a adquirir estudios y entró en la distribución, pero sólo dirigiría dos películas más tras la guerra: Separación peligrosa (1945), y Un marido ideal (1947). Su nombre desapareció poco a poco de las pantallas, sobre todo tras la quiebra de British Lion, empresa que había recibido una considerable ayuda del gobierno y de cuyo fracaso se le culpó. Sin embargo, aún produjo películas tan notables como El tercer hombre (1949), dirigida por Carol Reed y escrita por Graham Greene; tres películas de Michael Powell entre las que destaca su obra maestra Los cuentos de Hoffman (1951); El déspota (1954), de David Lean, o Ricardo III (1956), de Laurence Olivier, en la que siguió mostrando su estilo innovador adelantándose a los demás productores ingleses en el uso del CinemaScope, sistema para la proyección en gran panorámica que se impondría poco después y en el que Korda hizo también Tempestad sobre el Nilo (1955).  © M.E.



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