Films: 1902 CHOQUE DE TRENES 1903 PULGARCITO 1903 GULLIVER EN EL PAIS DE LOS GIGANTES 1905 ECLIPSE DE SOL 1905 LOS GUAPOS DEL PARQUE 1907 LA CASA ENCANTADA 1907 SATAN SE DIVIERTE 1908 EL HOTEL ELECTRICO 1909 EL SUEÑO DE UN COCINERO 1910 AMOR GITANO 1910 LA TEMPRANICA 1910 NOBLEZA ARAGONESA 1911 PULGARCITO 1912 EL TALISMAN DEL VAGABUNDO 1915 EL FUEGO 1916 EL TIGRE REAL 1917 LA GUERRA Y EL SUEÑO DE MORNI 1919 HEDDA GABLER Biografía: Director español nacido en Teruel. Hijo de un médico militar aficionado a la fotografía. Cursó estudios secundarios (parece ser que obtuvo el título de ingeniero). Se trasladó a París a mediados de 1895, pocos meses antes de la presentación oficial del cinematógrafo Lumière, en donde se casó con la actriz de teatro y vodevil Julienne Alexandre Mathieu y nació su hijo Robert en 1897. Ese mismo año abandonó la capital francesa para alistarse como voluntario en la guerra de España contra los Estados Unidos, en la que participó en acciones bélicas y llegó a ser oficial. Cuando volvió a Francia, su esposa Julienne había intervenido como actriz en algunas películas y trabajaba en el taller de coloreado a mano de películas fotograma a fotograma fundado por Georges Méliès en 1897. Chomón empezó a trabajar en el taller de manera casi inmediata, preludio de la que será una de sus obsesiones más grandes hasta el momento de su muerte: el cine en color. Su habilidad y dedicación le llevaron a idear poco tiempo después un revolucionario sistema de coloreado a mano conocido con el nombre de «pochoir», que después, con ligeras evoluciones, fue patentado por Charles Pathé con la denominación Pathécolor. Pionero del cine español, aplicó su enorme imaginación al desarrollo del nuevo medio. Fundó la primera productora de cine española «Macaya y Carro» y de un taller de coloreado y rotulado en los que experimentaba los primeros filmes científicos. En España fue el creador del género zarzuelístico en el cine. Fue a finales de 1900 cuando Segundo de Chomón decidió dedicarse plenamente a la actividad cinematográfica en dos vertientes: como especialista en la impresión de títulos españoles para las películas extranjeras que se importaban y en el coloreado a mano de las copias de filmes de intención fantástica o espectacular; a esas dos vertientes añadiríase en seguida otra tercera: la de realizador y operador al mismo tiempo. Se dedicó con gran interés a la realización de filmes con una especial predilección por los trucajes y los efectos, como Choque de trenes (1902), combinación de filmaciones de trenes reales con elaboradas maquetas, Pulgarcito (1903) o Gulliver en el país de los gigantes (1904), adaptaciones de los populares cuentos de Charles Perrault y Jonathan Swift, respectivamente, filmes con trucos bastante avanzados para la época. En esos años participó activamente en espectáculos modernistas coordinados por Adrià Gual, que incorporaban el cine a otras manifestaciones artísticas en la Sala Mercè de Barcelona. Investigando las relaciones entre el cine y el teatro, Chomón experimentó en estos espectáculos las posibilidades del cine sonoro, con un grupo de actores escondidos detrás de la pantalla que ponían voz y sonido a las imágenes proyectadas. Con Eclipse de sol (1905), Chomón introduce en España el «paso de manivela», es decir, la filmación fotograma a fotograma, que permite en los intervalos de la filmación la alteración de la posición o la desaparición de los objetos situados delante la cámara. El otoño de este mismo año, 1905, Chomón vuelve a París. Fue contratado por Pathé para competir con Georges Méliès realizando numerosas películas fantásticas. Chomón encontrará en la Pathé todo lo necesario para investigar y poner en práctica sus innovaciones técnicas y su pasión por la experimentación, que irán desde la filmación fotograma a fotograma, los planos zenitales y los movimientos invertidos hasta los encadenados, la utilización de los caches, las tomas de diferentes proporciones y las sobreimpresiones. La libertad que tenía Chomón en la Pathé y las excepcionales condiciones de trabajo de la compañía (empezando por el coste muy reducido de la película virgen) explican en buena parte la frenética actividad del cineasta español en diversos campos, no sólo en dos de los géneros de más éxito en la época, como son los filmes «fantasmagóricos» y las escenas de transformaciones, sino también en el terreno de la animación, con títulos como El castillo encantado (1908) y El sueño del cocinero (1909), los muñecos articulados y las sombras chinescas, apartado en el que destacan Ladrones nocturnos (1905) o La casa hechizada (1906), filme precursor de las transparencias, técnica que consiste en proyectar imágenes en una pantalla situada detrás de los actores. Como director o como operador y responsable de los efectos especiales para otros directores de la compañía, el trabajo de Chomón en la Pathé brilla especialmente en los filmes de carácter fantástico, los filmes «fantasmagóricos» (a veces también llamados «feéricos»), poblados por brujas, diablos, infiernos, dragones y cavernas, fantasmas, castillos, monstruos y pesadillas, y también en los filmes «de transformaciones», más alegres y coloristas, de ambientes y personajes más positivos, con hadas, fantasías arábigas, viajes planetarios, equilibristas orientales y apoteosis florales. Entre estos destacan especialmente La gallina de los huevos de oro (Albert Capellani, 1905), El hijo del Diablo (Charles Lucien-Lépine, 1906), Satán se divierte (1907) y El hotel eléctrico (1908), muy influenciada por un trabajo anterior del norteamericano James Stuart Blackton, The haunted hotel (1906). El trabajo técnico de Chomón brilla también con luz propia en la monumental recreación de la pasión de Jesucristo producida por la Pathé en la misma época, La vie et la passion de Nôtre Seigneur Jesuschrist (Lucien Nonguet, 1906-1907), formada por 43 cuadros (escenas) diferentes. Chomón se encargó de todos los trucajes, con momentos muy conseguidos para la época, como la imagen de Jesús caminando por encima de las aguas, la transfiguración, la ascensión o la anunciación a los pastores, y también de la fotografía y los movimientos de cámara, consiguiendo realizar diversos travellings montando la cámara sobre ruedas de patines. A partir de 1912 trabajó en Italia, en la Itala Film. La vertiente artística de la productora corría a cargo del director Giovanni Pastrone (1883-1959), que contrató a Chomón como operador y técnico en efectos especiales por la desorbitada cifra de mil liras al mes (los operadores más bien pagados de Italia cobraban en la época poco más de 150 liras al mes). Chomón no sólo vuelve a contar con absoluta libertad, sino que es el director de su propio equipo técnico, formado por cuatro personas, y centrado de manera específica en el trabajo de fotografía, iluminación y trucajes de las producciones de los directores de la compañía, entre los que destaca por encima de todos el propio Pastrone, máximo responsable de una de las mayores superproducciones del cine mudo italiano, Cabiria, (1914), filme de tres horas ambientado a finales del siglo III a.C. En Cabiria , Chomón se encarga no sólo de la realización y filmación de maquetas, de los efectos de iluminación más complicados, de los efectos especiales y de las principales tareas de revelado y positivado, sino también de los movimientos de cámara. La utilización sistemática y elaborada del llamado carrello (origen del actual travelling), es decir, la cámara en movimiento, es uno de los principales rasgos distintivos de Cabiria, que muestra así un cambio de actitud respecto a la lógica visual adoptada por el cine hasta entonces y que se traduce en lo que diversos críticos e historiadores han llamado «la conquista del espacio». Filmó en Marruecos y Túnez. Los directores más importantes de la época como Zecca, Pastrone y Gance se lo disputaban. Su último trabajo fue la colaboración técnica en el Napoleón de Abel Gance. Murió en París el 2 de mayo de 1929. © Enrique Martínez-Salanova |