1937 | 49 años Forfaiture Forfaiture D: Marcel L'Herbier M: Michel Michelet |
Otros Films: 1928 EX-VOTO 1928 EL DINERO 1930 LA DAMA DE LA NOCHE 1930 EL HIJO DEL AMOR 1931 EL PERFUME DE LA DAMA ENLUTADA 1931 EL MISTERIO DEL CUARTO AMARILLO 1933 EL GAVILAN 1934 EL AVENTURERO 1934 EL ESCANDALO 1935 L'BONHEUR 1935 LA RUTA IMPERIAL 1935 SACRIFICIO DE HONOR 1936 LA PORTE DU LARGE 1936 LES HOMMES NOUVEAUX 1936 LE COIN DES ENFANTS 1937 LA CIUDADELA DEL SILENCIO 1937 NOCHES DE FUEGO 1938 ADRIENNE LECOUVREUR 1938 RASPUTIN 1939 LA MODE REVEE 1939 LA BRIGADA SALVAJE 1939 ENTENTE CORDIALE 1939 TIERRA DE FUEGO 1940 ECCO LA FELICITÀ 1940 LA COMÉDIE DU BONHEUR 1941 HISTOIRE DE RIRE 1942 LA NOCHE FANTASTICA 1943 LA HONORABLE CATHERINE 1945 LA BOHEME 1946 RABIOSILLA 1946 L'AFFAIRE DU COLLIER DE LA REINE 1948 LA REVOLTEE 1950 LOS ULTIMOS DIAS DE POMPEYA 1953 LE PÈRE DE MADEMOISELLE Biografía: Director de cine francés nacido en París. Artista polifacético: abogado, dramaturgo, poeta y ensayista, se decantó finalmente por la expresión cinematográfica a la que tuvo ocasión de aplicar todos sus conocimientos. Durante la Primera Guerra Mundial tomó contacto con el Séptimo Arte de un modo aún muy práctico, cuando fue asignado al servicio cinematográfico del ejército francés. En los años veinte se introdujo ya en el mundo del cine con pleno conocimiento y llegó a convertirse en una figura importante dentro de la vanguardia francesa. L’Herbier será ocasionalmente guionista de sus películas, pero su mayor fuente temática serán las obras literarias. Una de sus adaptaciones más interesantes es El perfume de la dama enlutada (1931). La novela de Gaston Leroux proporcionaba un marco de misterio y algunos rasgos de terror; la mayor curiosidad cinematográfica de esta obra residía en el tratamiento de los títulos de crédito, que eran narrados por una voz misteriosa, algo que ya tenía precedente en una película estadounidense titulada El terror (1928). Un poco antes de El perfume de la dama enlutada, L’Herbier había dirigido El hijo del amor (1930) sobre un tema que cobraría una gran presencia en la historia del cine a través de películas posteriores: el hijo ilegítimo que después se vuelve contra su padre, sin saber la relación que les une. Este melodrama romántico preparó el terreno para la adaptación de otras dos obras de Gaston Leroux, entre ellas El misterio del cuarto amarillo (1931), criticada por ser demasiado fiel al texto literario. Una de sus películas más cuidadas estéticamente fue Adrienne Lecouvreur (1938), ambientada en la Francia del siglo XVIII y protagonizada por el matrimonio Pierre Fresnay-Yvonne Printemps. En Rasputin (1938), basada en la novela de Alfred Neumann, se esforzaba por retratar al personaje histórico lo más objetivamente posible. Harry Baur daba vida al personaje. Más tarde dirigió, La honorable Catherine (1943) y La Bohème (1945). La primera, que tardó cinco años en estrenarse en Norteamérica, no supo sacar el enredo de alcoba fuera de las fronteras francesas. La segunda, un romance más dramático, estaba basada en el libreto que Henri Murger había escrito para la ópera de Puccini La Bohème, y se ciñó más al texto que a la música, que quedó en la película como un ornamento de fondo. L'Herbier no abandonó el tema de los triángulos amorosos hasta casi el final de su carrera. Rabiosilla (1946) lanzó a Danielle Darrieux en una adaptación de la obra teatral de Marc Gilbert Sauvajon. Como ejemplo de la realidad que supera a la ficción puede citarse La noche fantástica (1942), que escondía sorpresas bajo la apariencia de un inocente romance. Rodada durante la ocupación nazi, los invasores nunca se enteraron de las actividades que el actor principal, Fernand Gravet, desempeñaba cuando no estaba rodando. Tiempo después saldrían a la luz sus actividades de apoyo a la Resistencia, lo que daría un halo de especial interés a la película. Marcel L’Herbier, que se había sumado al cine bajo los auspicios del impresionismo francés, invirtió todo su esfuerzo en que la cinematografía adquiriera al prestigio cultural que merecía. De los vanguardistas europeos, Man Ray, René Claire o Robert Wiene, L’Herbier heredaría no sólo el gusto por la experimentación, sino también por los temas fantásticos. © Cristina Manzano Espinosa |