Lee

Rowland V. Lee


 EEUU | 1891-1975






















1934 | 43 años
Conde de Montecristo, El  
Count of Monte Cristo, The
D: Rowland V. Lee
M: Alfred Newman




















1935 | 44 años
Por la Dama y el Honor  
Three Musketeers, The
D: Rowland V. Lee
M: Max Steiner




















1937 | 46 años
Idolo de Nueva York, El  
Toast of New York, The
D: Rowland V. Lee
M: Nathaniel Shilkret




















1939 | 48 años
Hijo de Frankenstein, El  
Son of Frankenstein
D: Rowland V. Lee
M: Frank Skinner




















1939 | 48 años
Torre de Londres, La  
Tower of London
D: Rowland V. Lee
M: Frank Skinner




















1940 | 49 años
Hijo de Montecristo, El  
Son of Monte Cristo, The
D: Rowland V. Lee
M: Edward Ward




















1944 | 53 años
Puente de San Luis Rey, El  
Bridge of San Luis Rey, The
D: Rowland V. Lee
M: Dimitri Tiomkin




















1945 | 54 años
Capitán Kidd  
Captain Kidd
D: Rowland V. Lee
M: Werner Janssen




Otros Films:

1928 ESCLAVA POR AMOR
1928 EL PRIMER BESO
1929 EL LOBO DE WALL STREET
1929 A DANGEROUS WOMAN
1930 DERELICT
1930 VIDAS OPUESTAS
1930 GALAS DE LA PARAMOUNT
1930 EL RETORNO DEL DR. FU-MANCHU
1930 LA FASCINACION DEL BARBARO
1931 LOS HIJOS DE LOS GANSTERS
1931 THE RULING VOICE
1932 THAT NIGHT IN LONDON
1933 YO SOY SUSANA
1933 HUERFANOS EN BUDAPEST
1934 GAMBLIN
1935 EL CARDENAL RICHELIEU
1936 UNA TARDE DE LLUVIA
1937 MORTAL SUGESTION
1938 MOTHER CAREY'S CHICKENS
1938 SERVICE DE LUXE
1939 TRADICION HEROICA
1942 POWDER TOWN



Biografía:
    Director, guionista y actor estadounidense, nacido en Findlay (Ohio). Atraído por el mundo del espectáculo desde su infancia, debutó en Broadway cuando tan sólo era un niño. Y aunque su carrera teatral no fue muy larga, le permitió conocer al famoso director y productor del cine mudo, Thomas H. Ince. Así, en su primer y definitivo contacto con Hollywood, el joven Rowland soñó durante un tiempo en convertirse en una estrella de la factoría Ince al igual que el vaquero más famoso de la época muda, el granítico William S. Hart. Pero pronto sintió el poderoso magnetismo de la silla de director, y pasó a situarse detrás de la cámara en 1921, año en que dirigió cuatro modestas producciones. Durante los años siguientes dirigió sin interrupción más de veinte títulos antes de la llegada del sonoro. El mismo año en que se estrenó El cantor de Jazz, Lee dirigió uno de sus últimos filmes mudos, con una estrella sin parangón en la época, Pola Negri. En Las eternas pasiones (1927) realizó un interesante estudio del imposible entendimiento entre Francia y Alemania, a través de la estancia de unos prisioneros alemanes en una pequeña comunidad rural francesa, durante la Primera Guerra Mundial. Pola Negri, en el papel de una joven campesina, prestó a su personaje esa mezcla irrepetible de exotismo y vulgaridad que la hizo famosa. Con la llegada del sonoro, Lee demostró un especial interés en el cine de entretenimiento y realizó un buen número de largometrajes de aventuras, intriga y terror. Comenzó con El misterioso Dr. Fu-Manchú, para la Paramount. Warner Oland dio vida al malévolo y filosófico megalómano, acompañado de una bisoña Jean Arthur en el papel de una de sus cándidas pupilas. Esta última repitió papel al año siguiente, otra vez a las órdenes de Lee, en la secuela La expiación de Fu-Manchu. Tras algunas incursiones en el cine de gangsters y de la inocente Huérfanos de Budapest (1933), producida por Jesse L. Lasky y su primer trabajo para la Fox tras abandonar los estudios Paramount, comenzó una serie de películas de espadachines. El conde de Monte Cristo inauguró la serie que fue seguida al año siguiente por El Cardenal Richelieu y Por la dama y el honor, versión del clásico de Dumas Los tres mosqueteros. En ésta, Lee hizo hincapié en las escenas de acción que estuvieron coreografiadas por el especialista en esgrima Fred Cavens. El Cardenal Richelieu se apartó ligeramente de las películas de capa y espada para contentar a Darryl F. Zanuck, jefe de la 20th Century Pictures, que produjo la película. Zanuck pretendía realizar una obra de prestigio con un acabado donde la estética y la sofisticación primaran sobre la acción. También se adentró en temas mucho más atentos a la realidad social. En 1937 dirigió para la R.K.O. Ídolo de Nueva York, un drama sobre la moralidad en el mundo de los negocios. Pero a pesar de contar con un guionista como Dudley Nichols y una pareja protagonista como Edward Arnold y Cary Grant, Lee no se sintió cómodo con el rodaje de esta historia que ponía en tela de juicio el capitalismo a ultranza, a través de un personaje tramposo e inmoral que no se detenía ante nada en su ansia de poder. Volvió al terreno que mejor dominaba para cosechar varios éxitos consecutivos. Con La sombra de Frankenstein, realizó la única incursión en el terror de los monstruos clásicos de la Universal que está a la altura de los maestros del género James Whale y Tod Browning. Para ello contó con la colaboración de los imprescindibles Boris Karloff y Bela Lugosi. Ese mismo año el director volvió a acertar con otros dos importantes trabajos, Tradición heroica y La Torre de Londres. Con la primera consiguió una entretenida cinta de intriga colonial, sobre dos hermanos (Basil Rathbone y Douglas Fairbanks Jr.) que impiden los planes apocalípticos de un hombre que quiere acabar con el Imperio Británico. Con La Torre de Londres vuelve a contar con Rathbone y Karloff en un guion que, basado en cierto modo en personajes shakespearianos, mezcla hábilmente el terror con la aventura de capa y espada. En este mismo género realizó en 1940 El hijo de Monte Cristo. El año anterior James Whale había hecho La máscara de hierro con Louis Hayward, película que en cierto modo tenía gran parecido con la de Lee. En El hijo de Monte Cristo el protagonista fue también Hayward y, al igual que aquélla, imprimió un singular romanticismo en los lugares comunes del género. Tras El puente de San Luis Rey, una poco acertada adaptación de una novela de Thornton Wilder, realizó su último film, El capitán Kidd. Se trataba de otra película de género, esta vez de piratas, que obtuvo un gran éxito, ayudado por la actuación de Charles Laughton y Randolph Scott. Rowland V. Lee, uno de los más cualificados directores de Hollywood, abandonó definitivamente la actividad cinematográfica en 1945 y murió treinta años más tarde dejando algunas memorables películas de aventuras y terror.  © JOM



Home_Page
Audio | Libreto | Vídeo | Fotos Interiores
copyright © 1998-2024, epdlp Todos los derechos reservados