Biberman

Herbert Biberman


 EEUU | 1900-1971






















1936 | 36 años
Meet Nero Wolfe  
Meet Nero Wolfe
D: Herbert Biberman
M: Howard Jackson




















1944 | 44 años
Master Race, The  
Master Race, The
D: Herbert Biberman
M: Roy Webb




















1954 | 54 años
Sal de la Tierra, La  
Salt of the Earth
D: Herbert Biberman
M: Sol Kaplan




















1969 | 69 años
Cadenas de odio  
Slaves
D: Herbert Biberman
M: Bobby Scott




Otros Films:

1935 ONE-WAY TICKET



Biografía:
    Guionista y director de cine norteamericano, nacido en Philadelphia. Autor formado en el teatro, estrenó en su país dos de las primeras obras soviéticas que se llevaron al escenario. La industria del cine le reclutó junto a otros prometedores talentos que empezaban a despuntar. Sus pasos por algunos de los más importantes Estudios, le permitió debutar en 1935 con One way ticket, la folletinesca historia de un preso que, tras lograr evadirse, se enamora de la hija de uno de sus antiguos carceleros. En esa misma línea de modestas películas de acción rodó igualmente Meet Nero Wolfe (1936), donde un detective debe resolver dos asesinatos en los que pueden estar involucrados hasta cinco sospechosos. Su carrera sufrió entonces un parón de casi ocho años durante los cuales flirteó de nuevo con el teatro y comenzó a redactar diversos guiones, alguno de los cuales llegó a ser trasladado a imágenes por otros directores (Otra vez juntos, Aventura en Arabia). En 1944 rodó The master race, película nacida al calor de la Segunda Guerra Mundial, donde un coronel nazi dinamita un campo de prisioneros aliados hasta que es detenido y ejecutado. Este largometraje de propaganda ideológica antinazi no le sirvió, sin embargo, para librarse de las sospechas de comunista, por las que el Comité de Actividades Antiamericanas le incluiría en la lista de investigados. Al negarse a declarar, fue encarcelado por sus presuntas ideas políticas, con lo que su carrera cinematográfica quedó dañada para siempre a raíz de estos sucesos. En primera instancia, porque ninguna productora volvería a darle trabajo, y después a causa de que siempre estuvo bajo sospecha. Todo ello convirtió el posterior rodaje de La sal de la tierra (1954) en una epopeya dramática. Fuera de la cárcel, y sin posibilidades de encontrar un empleo como director, Biberman creó junto a Paul Jarrico y Adrian Scott la empresa Independent Productions Company.

Asesorados por Clinton Mencks, responsable de un importante sindicato obrero, decidieron inspirarse en un suceso real como había sido la reciente huelga de quince meses sostenida por los mineros en demanda de mayores medidas de seguridad. A lo largo del rodaje hubo todo tipo de ataques violentos por parte de grupos incontrolados, intentos de quemar los decorados, así como una continua vigilancia policial. Diversos sindicatos de actores impidieron a sus miembros participar en la película, por lo que acabaron mezclándose actores profesionales con aficionados. Pero el asunto llegó a mayores cuando la protagonista, Rosaura Revueltas, fue detenida por la policía de inmigración y expulsada a México, tardando bastante tiempo las autoridades en confesar que esta detención había sido un error. El daño, sin embargo, estaba hecho, y parte de la posproducción hubo de efectuarse en México, al desatarse además una fuerte campaña de prensa en contra de la carga ideológica del largometraje. Al final, el montaje se efectuó en condiciones clandestinas, mientras que el revelado se procesó en distintos laboratorios, a trozos y bajo nombres falsos. Pero más allá de todas estas cosas, La sal de la tierra se erigió en una película pionera en el tratamiento de la liberación femenina, en la observación detallada de los movimientos huelguistas y en la descripción de las penurias que vivía en Estados Unidos la comunidad hispana. La película nunca tuvo una distribución normalizada, ya que infinidad de exhibidores se negaron a proyectarla, temerosos de represalias por parte de las autoridades. Ante la atmósfera irrespirable que padecieron sus principales creadores, todos ellos marcharon al exilio durante varios lustros. Biberman continuó en el país, pero con el acceso vedado a la industria cinematográfica. Quince años después de La sal de la tierra, y una vez calmada la histeria anticomunista, se le dio la oportunidad de dirigir Cadenas de odio (1969), una historia esclavista. Su salud andaba ya entonces quebrantada, y poco más tarde fallecería con el reconocimiento internacional por su capacidad de resistencia moral y el prestigio de haber sido el creador de la ya mítica La sal de la tierra.  © L.F.C.


Galardones:
1 Karlovy Vary La sal de la tierra, 1954



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