1968 | 45 años Caza sin cuartel Le Rapace D: José Giovanni M: François de Roubaix |
1970 | 47 años Ultimo domicilio conocido Dernier domicile connu D: José Giovanni M: François de Roubaix |
1972 | 49 años Clan de los Marselleses, El La Scoumoune D: José Giovanni M: François de Roubaix |
1973 | 50 años Dos hombres en la ciudad Deux hommes dans la ville D: José Giovanni M: Philippe Sarde |
1975 | 52 años Alias el gitano Le Gitan D: José Giovanni M: Claude Bolling |
1983 | 60 años Le ruffian Le ruffian D: José Giovanni M: Ennio Morricone |
Otros Films: 1967 LA LOI DU SURVIVANT 1971 LA PUERTA CERRADA 1971 OÙ EST PASSÉ TOM? 1976 LA ULTIMA ESPERANZA 1979 LES ÉGOUTS DU PARADIS 1981 UN TRAJE NEGRO PARA UN ASESINO 1985 LES LOUPS ENTRE EUX 1988 MON AMI LE TRAÎTRE 2001 MI PADRE Biografía: Escritor, guionista y director de cine francés, nacido en París. Durante su vida escribió 20 novelas, 2 libros de memorias, 33 guiones de cine y dirigió 15 películas. Antes de iniciar esa carrera artística, se había dedicado a la extorsión, a los atracos, a pelearse con su padre, un jugador profesional de póquer, a escapar de milagro a una condena a muerte, la gracia le llegó 72 horas antes de la ejecución, a intentar escapar de la cárcel en diversas oportunidades y, sobre todo, a conocer a fondo el mundo de los bajos fondos. Su primer libro fue convertido en una obra maestra por Jacques Becker, Le Trou (1959), una de las mejores películas de fuga carcelaria jamás filmadas, y otras de sus novelas fueron llevadas a la pantalla por Claude Sautet, Jacques Deray, Jean-Pierre Melville o Robert Enrico. En 1967 él mismo empezó a dirigir sus historias. Escritor de un estilo seco y descarnado, que iba a lo esencial, sensible sobre todo a las historias de amistad masculina y al pudor de la admiración no manifestada, Giovanni tuvo como grandes amigos literarios a Albert Camus y Roger Nimier, que le elogiaron desde un primer momento. Los actores de una edad dorada del cine galo, Bourvil, Ventura, Gabin, Michel Constantin, Yves Montad o Alain Delon, fueron la encarnación de los duros imaginados en sus guiones y novelas. Los filmes que él firmó, están lastrados en su conjunto, por el descuido formal de quien no da importancia al lenguaje que emplea. Para él el cine eran las historias, los diálogos y las gabardinas de sus hombres solitarios. Las cuestiones de ritmo, de transiciones entre secuencias o de pertinencia de encuadre nunca le interesaron. Tenía algo que contar. © Octavi Martí Su obra literaria en El Poder de la Palabra |