Torre

Raúl de la Torre


 Argentina | 1938-2010






















1970 | 32 años
Juan Lamaglia y señora  
Juan Lamaglia y señora
D: Raúl de la Torre
M: Roberto Lar




















1971 | 33 años
Crónica de una señora  
Crónica de una señora
D: Raúl de la Torre
M: Roberto Lar




















1980 | 42 años
Infierno tan temido, El  
Infierno tan temido, El
D: Raúl de la Torre
M: Astor Piazzolla




















1986 | 48 años
Pobre mariposa  
Pobre mariposa
D: Raúl de la Torre
M: Roberto Lar




















1993 | 55 años
Funes, un gran amor  
Funes, un gran amor
D: Raúl de la Torre
M: Charly García & Raúl de la Torre




















1995 | 57 años
Peperina  
Peperina
D: Raúl de la Torre
M: Serú Girán




Otros Films:

1972 HEROÍNA
1973 LA REVOLUCION
1976 SOLA
1982 PUBIS ANGELICAL
1988 COLOR ESCONDIDO



Biografía:
    Director de cine argentino nacido en Zárate. Apasionado desde adolescente por la literatura, el teatro y el cine, Raúl de la Torre estudió Bellas Artes en la Universidad de Buenos Aires antes de adentrarse definitivamente en la industria audiovisual gracias a la publicidad. Convertido pronto en uno de los directores más prestigiosos de este campo, decidió simultanear dicha actividad, bien remunerada, con el desarrollo de proyectos propios donde pudiera dar rienda suelta a toda su creatividad. Así, su interés por el género documental le condujo a la televisión argentina, antes de que finalmente diera el salto al cine con el largometraje Juan Lamaglia y señora (1970). Este filme, del cual fue también productor, guionista e intérprete, describiría con notable precisión el opresivo ambiente de un pueblo a través de la aburrida vida conyugal de un turbio prestamista, y esbozaría con claridad las principales líneas de su trabajo posterior. El éxito de esta película no le hizo abandonar la realización de documentales para la televisión, aunque pronto se embarcó en el filme que marcó su definitiva consagración internacional: Crónica de una señora (1971). Premiada con la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, esta cinta señaló su encuentro con la pareja de actores formada por Graciela Borges y Lautaro Murúa, quienes le acompañaron desde entonces en la mayor parte de su filmografía. Crónica de una señora puso de manifiesto los principales rasgos estilísticos de Raúl de la Torre, caracterizados por un ritmo muy lento de narración, con particular entusiasmo por los detalles aparentemente menores, y que busca explorar el interior de los personajes a través de pequeños gestos y de la expresividad de los silencios. Su fijación por el ocaso de los valores burgueses, ejemplificados siempre en matrimonios a punto de derrumbarse por mero aburrimiento o en mujeres que desean renunciar a su pasado aunque no pueden desprenderse por completo de ese fantasma, prosiguió con Heroína (1972) y Sola (1976). Únicamente La revolución (1973) señaló un esporádico paréntesis en esa línea de continuidad, al analizar de forma metafórica la evolución de la sociedad argentina a lo largo de la década de los sesenta. El infierno tan temido (1980) y Pubis angelical (1982) inauguraron una nueva veta creativa en el cine de Raúl de la Torre: las adaptaciones literarias de prestigiosos narradores hispanoamericanos. Si El infierno tan temido se basaba en un relato de Juan Carlos Onetti, la polémica Pubis angelical hizo lo propio con una novela del cinéfilo Manuel Puig; ambas se convirtieron en pequeños éxitos de alcance internacional. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de los años ochenta, con la industria cinematográfica argentina sumida en una profunda crisis, De la Torre comenzó a tener serios problemas para sacar adelante sus iniciativas, que tampoco fueron bien recibidas por la crítica. En ese sentido, Pobre mariposa (1986) recibió acusaciones de estar alejada de la difícil realidad que vivía al país por utilizar un argumento metafórico: la hija de un líder socialista argentino, muerto inesperadamente antes de la caída del régimen nazi de Adolf Hitler, mantiene una angustiosa búsqueda de datos sobre la implicación política de su padre durante la Segunda Guerra Mundial. Color escondido (1988) pasó desapercibido por completo y sumió al cineasta en una crisis de la que intentó salir con la manierista Funes, un gran amor (1993), largometraje que repetía como clichés ya conocidos todos los rasgos de estilo que le proporcionaron fama internacional. Su errática trayectoria posterior en los noventa trajo consigo el dilapidamiento de muy buena parte del prestigio adquirido, así como un relativo ostracismo profesional.  © L.F.C.


Galardones:
2 Cóndor Juan Lamaglia y Señora, 1971 - El infierno tan temido, 1981
1 Huelva Pobre mariposa, 1986



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