1979 | 24 años Nido de familia Családi tüzfészek D: Béla Tarr M: Mihály Vig |
1984 | 29 años Oszi almanach Oszi almanach D: Béla Tarr M: Mihály Vig |
1988 | 33 años Condena, La Kárhozat D: Béla Tarr M: Mihály Vig |
1994 | 39 años Tango de Satán, El Sátántangó D: Béla Tarr M: Mihály Vig | |
2000 | 45 años Armonías de Werckmeister Werckmeister Harmóniák D: Béla Tarr M: Mihály Vig |
2007 | 52 años Hombre de Londres, El A londoni férfi D: Béla Tarr M: Mihály Vig |
2011 | 56 años Caballo de Turín, El A torinói ló D: Béla Tarr M: Mihály Vig |
Otros Films: 1981 SZABADGYALOG 1982 PANELKAPCSOLAT Biografía: Director húngaro nacido en Pécs. Cineasta magistral cuya actividad creativa es una necesidad vital que brota de las dimensiones más profundas y ocultas de su ser. Su carrera ha sido prácticamente desconocida a causa de su fugaz y escasamente reseñado paso por festivales como Cannes, Bérgamo o Berlín, donde se exhibió la alucinante y agotadora El tango de Satán (1994), de 450 minutos de duración, basada en una novela de Laszlo Krasznahorkai. Ahora bien, el oblicuo y deficitario conocimiento de la obra de Béla Tarr demuestra hasta qué punto las devastaciones de la hipermodernidad han trastornado la percepción y apreciación del cine como forma artística capaz de perturbar a una sociedad que busca, inútilmente, la estabilidad. Lo primero que impacta del cine de Béla Tarr es su lenguaje: delicado, denso, sumido en la materialidad de todos sus elementos visuales. Por ejemplo, recordemos la hermética planificación de Nido de familia (1977), con sus primeros planos, excluyendo casi por completo el espacio escénico/fílmico; planificación íntimamente ligada a una portentosa cámara móvil —desprovista de espasmos epilépticos, de bruscos barridos— y a un agudo estudio (nada pasoliniano) del rostro humano como espacio psicofísico, donde las emociones explican, a un mismo tiempo, la intimidad de los personajes y la manera con que los actores la viven como parte de su individualidad. La condena (1987), una obra maestra absoluta, es un torbellino de sensaciones, de emociones tortuosas y sublimes que van desde la más arrebatadora fascinación hasta la mas hiriente amargura. En Armonias de Werckmeister (2000) ahonda, tal vez sin tanta venenosa pasión, en su enfática construcción formal mediante el uso de tomas largas y planos secuencia, parsimoniosos, ingrávidos movimientos de cámara y la experimentación con el fluir del tiempo dentro del plano, de la secuencia misma, y del sonido como música atonal. © Antonio José Navarro Galardones: Felix (Premio de Honor) (2023) |