 1988 | 48 años  Un mundo aparte A World Apart D: Chris Menges M: Hans Zimmer |
 1994 | 54 años Difícil elección Second Best D: Chris Menges M: Simon Boswell |
 1999 | 59 años Inocencia robada Inocencia robada D: Chris Menges M: Goran Bregovic |
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Otros Films: 1992 EL ABRAZO DE LA MUERTE Biografía: Director de cine británico, nacido en Herefordshire. Está considerado como uno de los mejores directores de fotografía del mundo. Su experiencia como documentalista durante la década de los sesenta le proporcionó no sólo la oportunidad de asistir al horror de muchas guerras, sino fundamentalmente la habilidad de hacer que lo que se viera por el ojo de su cámara pareciera real. Los gritos del silencio (1985) o La misión (1987), ambas del director Roland Joffé, tuvieron la oportunidad de beneficiarse de esta experiencia y ganar el Oscar a la mejor fotografía, así como el Premio de la Crítica de Los Ángeles. Desde 1968, cuando comenzara su andadura en el cine como cámara, con If..., de Lindsay Anderson, ha tenido la oportunidad de fotografiar historias de Ken Loach, Bill Forsyth, Stephen Frears, Andrei Konchalovsky, Neil Jordan y Roland Joffé, entre otros. A partir de 1987, decide compaginar esta actividad con la dirección. Su primer título, Un mundo aparte, ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes, recoge su interés por el cine de compromiso. Sin haberse sacudido el terrible peso de esta dramática historia, dirige cinco años más tarde El abrazo de la muerte (1992), retomando las relaciones madre-hijo, que en esta ocasión persiguen un sueño más modesto: comprar una casa donde puedan llevar una vida normal. Si bien es cierto que Menges consigue de Goldie Hawn una de sus mejores interpretaciones, su mayor hazaña es el manejo de actores infantiles. En 1994 adapta una novela por tercera vez y reincide en las relaciones paterno-filiales. En Second Best, William Hurt da vida a un hombre solitario y gris que decide adoptar a un niño con tantos problemas de adaptación como él mismo. Menges es un maestro en el arte de crear ambientes. Su pericia como director de fotografía no se limita a integrar los colores en el tono narrativo de la película, sino a crear un estado de ánimo continuado que influye sin duda en la percepción que el espectador tiene de los personajes. Esta habilidad hace que sus trabajos se recuerden con cierta ensoñación, que dejen un poso agridulce, fruto del descubierto al que queda la intimidad de los personajes. © Emilio García |
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