Markevitch

Igor Markevitch


 Ucrania | 1912-1983




Richard Wagner - Tannhäuser Ouverture
5.22 min.





Biografía:
    Compositor y director de orquesta ucraniano, nacionalizado italiano. Talento precoz, Markevitch fue uno de los fenómenos musicales de su tiempo, y aunque abandonó la composición antes de cumplir los treinta años de edad, su influjo fue notorio entre los compositores de su tiempo, entre ellos Béla Bartók. Descubierto por Sergei Diaghilev, sus primeras obras muestran una clara influencia del Stravinsky de ‘La consagración de la primavera’; opúsculos importantes terminados antes de cumplir los veinte años son la ‘Sinfonietta’ (1928) y, especialmente, el ‘Concierto para piano’ (1929), páginas magistrales en las que el estilo del autor ya se ha afianzado más allá de la mera condición de epígono del genio ruso: alejadas de cualquier residuo romántico, en ellas es patente una poderosa inventiva rítmica y una búsqueda de los efectos orquestales más novedosos, comulgando con las tendencias maquinistas en boga entonces, como pone de manifiesto una de sus partituras mayores, ‘La Edad Moderna’ (1937), brillante aunque tardía ilustración de los estertores del mundo moderno, a medio camino entre Honegger y Mosolov. La obra maestra de Markevitch, o al menos su empeño más ambicioso, es el oratorio ‘El Paraíso Perdido’ (1935), sobre el texto homónimo de Milton. Otros trabajos importantes en su producción son ‘Himnos’ (1932), partitura sinfónica donde sus habilidades como orquestador alcanzan su cenit; el ballet ‘El vuelo de Ícaro’ (1933), su timbre de gloria, que conocería diez años después y bajo el título de ‘Ícaro’ una nueva versión por parte del propio compositor, empeorando empero el original; la ‘Partita’ (1936), donde el piano ya aparece tratado plenamente como instrumento de percusión; y la cantata ‘Lorenzo el Magnífico’ (1941), su última gran obra. De 1950 data su arreglo para tres grupos orquestales y cuarteto de ‘La Ofrenda Musical’, la obra maestra de Johann Sebastian Bach. Pese a las esperanzas que levantó, Markevitch no participó de la corriente innovadora impulsada por Schoenberg y sus discípulos, por lo que sus logros pronto pasaron de moda, quedando en un segundo plano. El parcial olvido en el que hoy está encasillada su obra como compositor viene a confirmar que, con todo, el modernismo tonal de Markevitch sólo podía ser “revolucionario” en su momento. Desde 1944 se dedicó a la dirección orquestal, acaso por haber dado por agotadas sus posibilidades como compositor. En 1965 fundó la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española, de la que sería director. De 1968 a 1973 fue director de la Orquesta de la Ópera de Montecarlo. Igor Markevitch, uno de los mejores directores de orquesta del siglo XX, ha dejado grabaciones de referencia de las sinfonías de Tchaikovsky y de obras de música contemporánea. Falleció a los 70 años.  © José Antonio Bielsa



Su obra clásica en El Poder de la Palabra



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