1937 | 42 años El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella Cemento. Calle de Santa Isabel. Madrid 12.5 m. |
1947 | 52 años Mariana Pineda Óleo sobre lienzo. Colección particular 43.5 x 59.5 cm. |
1952 | 57 años Autorretrato Óleo sobre lienzo. Colección particular 116 x 93.5 cm. |
1956 | 61 años El maestro de los pájaros Temple sobre cartón. Colección particular 49 x 35.5 cm. |
Biografía: Pintor y escultor español nacido en Madrid. De formación autodidacta, trabajó como panadero hasta que ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Conocido como “Alberto”, su primera etapa, hasta 1925, se inicia con su estancia en Marruecos (1916), destino de su servicio militar, donde estudia la luz. De regreso a Madrid, fruto de un fortuito encuentro con el pintor Barradas, quien descubre su talento artístico, se consolida su vocación plástica, influido en sus primeras obras por la simplicidad y esquematización del arte ibero, así como por el cubismo que le marca para el uso del hueco, constante en todas sus obras escultóricas. Sin embargo, el arte de Alberto se define por el surrealismo que acusa toda su obra, de formas fantásticas. Expone en el año 1925 en la Exposición de Artistas Ibéricos de donde surgieron todos los artistas de la vanguardia. La segunda etapa de su actividad creadora se extiende hasta 1939. En esta etapa fundó con Benjamín Palencia la Escuela de Vallecas. No sólo es la naturaleza lo que motiva sus esculturas orgánicas sino que además toma elementos de la cultura popular y técnicas de las vanguardias. Su arte está profundamente enraizado en lo español (paisaje, mujeres castellanas, bailaoras). Durante la contienda bélica, Alberto realiza su famosa escultura en escayola de El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, que presenta en la Exposición Universal celebrada en París en el año 1937. La obra se exhibe junto al Guernica de Pablo Picasso. Después, fiel a sus convicciones anarquistas, se exilia junto a su esposa a la URSS donde imparte clases de dibujo a los niños allí evacuados. Durante esa época, su arte evoca sus raíces españolas, pero además realiza otras de influencia autóctona, como La Paloma del Cáucaso. En el año 1955 se produce un nuevo traslado motivado por factores políticos. Obligado a abandonar Moscú se instala en otras regiones donde se dedica más a la pintura que a la escultura. Realiza decorados y figurines para la compañía teatral de La Barraca, creando escenografías para obras de Federico García Lorca como La zapatera prodigiosa, entre otras. Finalmente, su última etapa la dedica al ciclo de mujeres castellanas de gran realismo. © M.E. |