1895 | 33 años El mercader de las cuatro estaciones Óleo sobre lienzo. Musée de Cambrai |
1895 | 33 años La vendedora de flores en Avenue de l'Opéra Óleo sobre lienzo. Colección particular |
1898 | 36 años Retrato de una niña Óleo sobre lienzo. Colección particular 50.5 x 38 cm. |
1899 | 37 años La soñadora Óleo sobre lienzo. Colección particular 63 x 51 cm. |
Biografía: Pintor francés nacido en París. Desde pequeño demostró tener vocación y aptitudes para la pintura, a los 12 años realiza su primera exposición de dos obras, bodegones, aún sin haber recibido instrucción académica como pintor. A partir de entonces empezó a estudiar bajo la tutela de Philippe Rousseau, hasta que se instaló por su cuenta, obteniendo a los 17 años, una medalla de bronce en la Feria Internacional de Sydney. Continuó pintando bodegones hasta que comenzó a realizar retratos y escenas callejeras. Hacia 1886 se centró en la temática de la vida cotidiana en París, a la par que recibía encargos de retratos de familias de la alta sociedad francesa. Hasta 1900 mantuvo su estudio en el centro de París, por lo que le resultaba muy fácil salir y encontrar inspiración en cualquiera de sus calles o parques, visualmente el movimiento de los transeúntes, de los vendedores callejeros, del paseo de mujeres y niños. La mirada de Schryver sobre París destacaba de las de sus contemporáneos por la espontaneidad que reflejaba en las escenas retratadas. Transmitía un especial sentimiento en cada obra. Su serie sobre las vendedoras de flores poseen la cualidad de reflejar los estados de ánimo de compradora y vendedora. Con cierto aire de ingenuidad, los representantes de las clases más acomodadas entran en perfecta armonía con las clases más humildes. Entre 1880 y 1900, sus cuadros recorren varios de los estilos del vestir femenino. Con una pincelada suelta, describe la silueta de las damas de los últimos años del polisón, pasa por la típica de los años 1890, silueta del reloj de arena, hasta apuntar el inicio de la sylphide, propia del nuevo siglo XX. Todo ello dentro de escenarios privilegiados: la Avenida de los Campos Eliseos, frente al Arco de Triunfo, la Rue Royale, cerca del Obelisco, delante del Hotel National des invalides, destacando en los fondos los ricos carruajes, las fachadas monumentales y en algunos casos las entradas a tiendas de moda, así llama la atención de una ciudad que marcaría la modernidad europea, por su bullicio y movimiento, pero recordando siempre la presencia del patrimonio cultural que la sustenta como legado del pasado. © Perico Puntilla |