![]() 1923 | 30 años Banco con bajorrelieve Piedra y mármol. Glorieta de los Tilos. Jardín Botánico de Madrid 3 x 2.5 m. | ![]() 1929 | 36 años La Tierra y El Agua Piedra. Palau de Montjuic (Barcelona) |
![]() 1931 | 38 años Esculturas La Unión y el Fénix Piedra. Pº de Gràcia 21 (Barcelona) | ![]() 1974 | 81 años Minerva Bronce. Platja del Reig. Tossa de Mar 5 m. |
Biografía: Escultor catalán nacido en Portbou, Girona. Hijo predilecto de su villa natal, fue un importante coleccionista y un artista polifacético con una obra escultórica basada principalmente, en el modernismo y con algún parecido gótico, sobre todo en su escultura religiosa. Su éxito en la escultura, sobre todo conmemorativa, que Marès realizó hasta la irrupción de la guerra civil española se encuentra en el simbolismo de sus obras, que tenía su origen en el ideario noucentista. Sus esculturas y relieves decoran, aún hoy, edificios privados como el de La Unión y el Fénix en el paseo de Gràcia o el del antiguo Banco de Vizcaya en la plaza de Cataluña, coronado por Minerva e inaugurado en 1931, ambos en Barcelona. El concepto de escultura conmemorativa en la obra de Marès una vez acabada la guerra civil española cambia y empieza a realizar esculturas centradas en la presencia física del homenajeado, abandonando las alegorías utilizadas en los años anteriores. A partir de 1939, decoró y vio cómo se erigían esculturas suyas en edificios mayoritariamente fuera de Barcelona. Hablar de Frederic Marès como coleccionista, es hablar de él cuando con 4 años acompañó a su hermano mayor a la escuela de Portbou y descubrió un mundo fascinante que le llevó a ser uno de los mayores coleccionistas de Europa. Su pasión de muy joven, por el dibujo, le motivó a ordenar láminas y estampas, que utilizaba como modelos, y a clasificarlas en diversas series y temáticas. También lo hizo con los cromos de trajes regionales de diferentes países que se encontraban en las pastillas de chocolate compradas en Cervera y que su madre se las ofrecía para merendar. La pasión por sus juguetes, sus papeles de colores, envoltorios de loa chocolatinas, condicionó una personalidad cada vez más peculiar y animada hacia el mundo del coleccionismo. Cabe señalar en este punto, la influencia y estímulo de su padre, Pere Marès, que en 1884 fundó en Portbou, la revista El corresponsal del coleccionista, gracias a la cual el joven Frederic entró de lleno en ese mundo fascinante. Otro factor importante, y sin relación directa, fue la filoxera, que hizo que su padre entrase a trabajar en el cuerpo de funcionarios de la aduana. Este hecho enriqueció la colección de cromos del joven Marès gracias a los sobrantes de las importaciones de estampas de Japón, Francia y Alemania que pasaban por la aduana. En 1903 la familia Marès se traslada a Barcelona y los eventos se intensifican hasta que en 1912 la Escuela de Artes y Oficios y Bellas Artes (Escola Llotja), le proporciona una beca que la da la posibilidad de viajar al extranjero y profundizar tanto en su espíritu de coleccionista, como de escultor e intelectual del mundo de las artes. En 1946 en la sede del actual Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona, Marès presenta públicamente su primera colección: escultura medieval y barroca, relojes, relicarios, libros incunables y toda una serie de objetos que hasta entonces conservaba en su estudio de la calle de Mallorca de la ciudad condal. Esto se convierte en el primer paso hacia la idea de un museo y finalmente en 1946 queda abierta la primera sala instalada en el primer piso de un edificio de la calle Comtes de Barcelona. El museo con sus cuatro salas completas se inaugurará en 1948. A partir de entonces, Frederic Marès hizo del Museo su vida, e incluso en 1952 se trasladó a vivir como residencia oficial. © Joan Gubert |