Chardin

Jean Baptiste Chardin


 Francia | 1699-1779




1728 | 29 años
La raya
Óleo sobre lienzo.
Museo del Louvre. París
114.5 x 146 cm.



1733 | 34 años
La Cisterna de Cobre
Óleo sobre lienzo.
Museo del Louvre. París
29 x 23 cm.



1765 | 66 años
Los Atributos de las Artes
Óleo sobre lienzo.
Museo del Louvre. París
91 x 145 cm.



1771 | 72 años
Autorretrato
Pastel sobre papel azul sobre de lienzo.
Museo del Louvre. París
46 x 37.5 cm.



Biografía:
    Uno de los pintores franceses más importantes del siglo XVIII, cuya pintura de género y naturalezas muertas reflejan la vida de la burguesía parisina. Chardin nació en París el 2 de noviembre de 1699. Su padre era ebanista. Fue un artista autodidacta que recibió gran influencia de maestros flamencos del siglo XVII como Gabriël Metsu y Pieter de Hooch. Al igual que ellos, se dedicó a pintar temas sencillos y escenas de la vida cotidiana, creó una obra que contrastaba con los temas heroicos y las alegres escenas del rococó que constituyeron la corriente artística principal durante la mitad del siglo XVIII. En 1728 Chardin fue admitido en la Real Academia de Pintura después de presentar dos de sus primeros bodegones, La raya y El buffet (ambos de 1728, Museo del Louvre, París). En la década de 1730 comenzó a pintar escenas de la vida cotidiana de la burguesía parisina, como Dama cerrando una carta (1733, antiguos Museos Estatales, Berlín), La sirvienta (1738, Museo Hunterian, Glasgow) y La bendición (1740, Museo del Louvre). Estas obras, que se caracterizan por la delicadeza del colorido y la luz tenue, son un canto a la belleza de lo corriente y proyectan un aura de humanidad, intimidad y honestidad hogareñas. El dominio de la técnica le permitió a Chardin dotar a sus pinturas de una asombrosa textura realista. Lograba crear formas con juegos de luz, mediante pinceladas superpuestas cargadas de materias y destellos finos y luminosos. Los críticos le denominaron el gran mago y no hubo ningún otro pintor del siglo XVIII que le igualara. Al principio de su carrera, Chardin había conseguido el apoyo de algunos mecenas de la aristocracia y del propio Luis XV pero más adelante obtuvo gran fama con la difusión de numerosas copias de sus grabados. Al final de su vida empleó la técnica del pastel cuando empezó a fallarle la vista y, aunque en su momento estas obras, caracterizadas por una profunda humanidad, no fueron apreciadas, hoy en día están muy bien consideradas. Chardin murió el 6 de diciembre de 1779 en París.  © M.E.



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