1851 | 22 años Orillas del Jarama Óleo sobre tabla. Museo de Bellas Artes. Córdoba 18.5 x 28.5 cm. |
1860 | 31 años Recuerdos de Andalucía, costa del Mediterráneo, junto a Torremolinos Óleo sobre lienzo. Museo del Prado. Madrid 114 × 165 cm. |
1874 | 45 años Praderas en Villerville Óleo sobre lienzo. Museo Bellas Artes. Valencia 37 x 61.5 cm. |
1875 | 46 años Rompientes Óleo sobre lienzo. Museo Bellas Artes. Valencia 26.6 x 41.7 cm. |
1876 | 47 años Los picos de Europa Óleo sobre lienzo. Museo del Prado. Madrid 167 x 123 cm. |
1877 | 48 años Canal abandonado de Vriesland Óleo sobre lienzo. Museo Bellas Artes. Valencia 29 x 39 cm. |
1880 | 51 años La torre de la iglesia Óleo sobre lienzo. Museo Bellas Artes. Valencia 31.3 x 38.3 cm. |
1883 | 54 años Un barco naufragado Óleo sobre lienzo. Museo del Prado. Madrid 59 x 101 cm. |
Biografía: Pintor español de origen belga. Su actividad artística estuvo dedicada fundamentalmente a la pintura de paisaje realista. Nacido en Bruselas, su familia se trasladó a Málaga (Andalucía) por cuestiones de negocios. Allí recibió su primera formación pictórica con Luis de la Cruz. Hacia 1850 volvió a Bélgica, donde estudió durante cinco años con el paisajista Joseph Quinaux. Regresó a España en 1857, tras conocer probablemente la pintura francesa de la época, atenta a la observación directa de la naturaleza. Pronto empezó a pintar al aire libre, con una técnica precisa y delicada, vinculada a la estética tradicional de la escuela flamenca. Su arte, atento a la realidad y ajeno a la elaboración del estudio, supuso una extraordinaria novedad tras el subjetivismo que había imperado en el paisaje romántico. En 1856 obtuvo un tercer premio en la Exposición Nacional y un año después fue nombrado profesor de paisaje de la Academia de Bellas Artes de Madrid. Instalado en la capital, pronto alcanzó renombre entre el público y reconocimiento en los ambientes profesionales. Realizó numerosos viajes por España y por el extranjero pintando al aire libre. Su importancia reside en su extensa producción pictórica —más de cuatro mil cuadros y apuntes de tema paisajístico— y en su labor docente. Desde su cátedra formó a muchos pintores de la segunda mitad del siglo que se dedicaron al paisaje, destacando entre sus discípulos Aureliano de Beruete, Darío de Regoyos, Agustín Riancho y Jaime Morera. Sus paisajes, sin añadidos anecdóticos, son generalmente sencillas vistas campestres y de montaña, en los que muestra un especial interés por los efectos lumínicos, abriendo el camino al impresionismo, por el que se adentrarían muchos de sus discípulos. Gran parte de su obra se conserva en el Museo de Málaga, en el de Lérida (legado J. Morena, 80 piezas) y en el Museo del Prado (Casón del Buen Retiro). © M.E. |