Hals

Frans Hals


 Países Bajos | 1580-1666




1616 | 36 años
Banquete de oficiales
Óleo sobre tabla.
Museo Frans Hals. Haarlem
175 x 324 cm.



1624 | 44 años
Caballero sonriendo
Óleo sobre lienzo.
Colección Wallace. Londres
86 x 69 cm.



1630 | 50 años
La gitanilla
Óleo sobre tabla.
Museo del Louvre. París
58 x 52 cm.



1648 | 68 años
Grupo familiar
Óleo sobre lienzo.
Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid
202 x 285 cm.



Biografía:
    Pintor de la escuela flamenca. Es uno de los grandes maestros en el arte del retrato. Despierta gran admiración por la brillantez que logra en la iluminación y la libertad en el manejo de los pinceles. Nació en Amberes (entonces condado de Brabante, actualmente Bélgica) y se formó con el pintor holandés Karel van Mander. Toda su vida adulta transcurrió en Haarlem, donde encontró patrocinio entre los pudientes comerciantes y burgueses de la época. Siempre tuvo importantes encargos de retratos colectivos de oficiales y corporaciones de Haarlem, y hacia el final de su vida la ciudad le concedió una pequeña pensión. Murió el 1 de septiembre de 1666 en un albergue para ancianos que hoy es el Museo Frans Hals en Haarlem. En todos sus retratos logró reflejar un ambiente de absoluta espontaneidad, sus personajes producen la impresión de haber sido sorprendidos en una pose y con una expresión fugaz, pero características. El talante alegre de una de sus primeras obras, Caballero sonriendo (1624, Colección Wallace, Londres), con una sonrisa y una postura en apariencia momentáneas, demuestran la habilidad de Hals para obtener la inmediatez con una técnica de trazos rápidos y espontáneos. La pincelada amplia, característica en sus obras, otorga a sus retratos una calidad de vigor y viveza que se observa especialmente en las obras que pintó entre 1620 y 1640. Una de las más famosas es el retrato de La gitanilla (1630, Museo del Louvre, París), que debe su alegría y brillantez a dos recursos pictóricos empleados por Hals, el de iluminar la figura con una luz directa y el de mezclar colores brillantes directamente sobre el lienzo. A pesar de la apariencia de espontaneidad y falta de cálculo, Hals poseía una técnica consumada y sus estudios están siempre compuestos con enorme habilidad. Su talento se pone en evidencia sobre todo en los 9 retratos colectivos de las diferentes guardias y corporaciones cívicas de Haarlem, que hoy se hallan en el Museo Frans Hals. En estos retratos el pintor demuestra una gran habilidad para captar a cada uno de los personajes en una actitud característica, lo cual produce un ambiente informal de absoluta naturalidad, cada uno de ellos es retratado de forma individual, aunque todos están unidos por una equilibrada estructura de colores y líneas. Con la madurez, Hals reemplazó el colorido brillante de sus primeros lienzos por un tratamiento más monocromático. En su último retrato colectivo, Regentes del asilo de ancianos (1664, Museo Frans Hals), limita su paleta a oscuros matices de negros y grises, por lo que recurrió a trazos más amplios y vigorosos para acentuar las luces y los valores tonales, ésta se considera su obra maestra, ya que a través del estilo consigue dar gran austeridad y profundidad a la composición, al mismo tiempo que logra fundir el grupo dentro de una estructura natural y armoniosa. Hals logra aquí una dignidad y una expresividad que no existen en sus primeras obras, aunque sigue manteniendo el efecto de espontaneidad gracias a la destreza y facilidad en el manejo de los pinceles.  © M.E.



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