Guardi

Francesco Guardi


 Italia | 1712-1793




1758 | 46 años
Procesión nocturna en plaza de San Marcos
Óleo sobre lienzo.
Ashmolean Museum. Oxford
48 x 85 cm.



1763 | 51 años
Milagro de un santo dominico
Óleo sobre lienzo.
Colección particular. Lugano
72 × 79 cm.



1770 | 58 años
El Bucentauro parte del Lido el día de la Ascensión
Óleo sobre lienzo.
Museo del Louvre. París
66 x 101 cm.



1770 | 58 años
Coronación en el Palacio Ducal
Óleo sobre lienzo.
Museo del Louvre. París
67 x 101 cm.



1780 | 68 años
Gran Canal. San Simeone Piccolo y Santa Lucía
Óleo sobre lienzo.
Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid
48 x 78 cm.



1780 | 68 años
Gran Canal. Santa Lucía y Santa María de Nazareth
Óleo sobre lienzo.
Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid
48 x 78 cm.



1782 | 70 años
Concierto
Óleo sobre lienzo.
Alte Pinakothek. Munich
68 x 91 cm.



1784 | 72 años
El ascenso del globo
Óleo sobre lienzo.
Gemäldegalerie. Berlin
66 × 51 cm.



Biografía:
    Pintor italiano y el miembro más conocido de una familia de pintores a la que también pertenecía su hermano Gian Antonio. Se hizo famoso por sus paisajes rococó de Venecia, ciudad en la que había nacido en 1712. A comienzos de su carrera artística, junto con otros dos hermanos suyos, realizó muchas pinturas de todo tipo para iglesias, palacios y mecenas privados de Venecia y sus alrededores. Sin embargo, en la década de 1750 comenzó a pintar veduta ideate (vistas, normalmente, con elementos arquitectónicos) a la manera de su gran predecesor Canaletto. Guardi mantuvo la precisión escenográfica de los cuadros arquitectónicos de Canaletto, pero añadió vitalidad de trazo y color e incrementó el elemento imaginativo. Los resultados, como en la espléndida Piazza san Marco decorada para la fiesta de la Ascensión (c. 1775, Fundación Calouste Gulbenkian, Lisboa, Portugal), El Gran Canal con santa Lucía y santa María de Nazareth (1780) y El Gran Canal con san Simeone Piccolo y santa Lucía (1780), estos dos últimos en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (España), fueron evocaciones románticas sin parangón de Venecia. Con pinceladas rápidas, llenas de vida, pobló sus paisajes urbanos con procesiones grandiosas y vistosos atuendos, bañados por una luz brillante y acuosa que presagia los efectos que más adelante lograrían los impresionistas durante el siglo XIX.  © M.E.



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