Demonio del mediodía (fragmento)Alonso Cueto
Demonio del mediodía (fragmento)

"Son las siete de la mañana y Celia está en la avenida Larco. Las figuras pasan. Recuerda. Ella, Marissa y sus padres allí, misa de nueve todos los domingos, y luego tomar desayuno en el Luigi´s de Larco.
Por entonces tenían permiso de acostarse los sábados a las once. Cuando se despertaban el domingo, su mamá ya les tenía la ropa para ir a la iglesia: vestidos blancos con bordes azules, zapatos de taco corto, lazos celestes cruzándoles el pelo. Se duchaban, se vestían y se iban los cuatro a la iglesia de Miraflores.
Luego se sentaban en una de las mesas del Luigi´s a tomar desayuno: huevos revueltos, tostadas con mermelada, jugo de naranja. Su papá decía que los revueltos le caían mal y pedía huevo pasado. Su madre tomaba manzanilla en vez de café. A media mañana paseaban por el parque, veían al monito bailando y entregando la suerte, volvían a la casa a ordenar su cuarto, y al mediodía salían a almorzar donde la abuela. El orden algodonoso, perfumado de su infancia había fraguado el sello de ese laboratorio de los buenos sentimientos que era su familia. Pero el planeta de su niñez había desaparecido. Ya lo sabe. Hay gente que crece en la calle y gente que crece en su casa. Los primeros se acuestan a la intemperie de un hogar roto, padres violentos o ausentes, parientes perturbados, la vastedad desquiciada de la casa vacía. Estos terminan siendo por lo general delincuentes o aventureros. Pero también hay entre ellos personas exitosas. Están listos a sortear las leyes del mundo con una indiferencia profesional o a sucumbir ante ellas con una carcajada. Las personas como Celia, en cambio, crecen al amparo de una estructura de disciplina y generosidad, una célula organizada en secuencias de horarios, comidas, afectos realzados por reuniones familiares, la sala de la abuela llena de primos y tíos, como las procesiones de fieles que avivan la fe. En otras familias la disciplina podía ser un pretexto para la hostilidad de los padres, pero en la suya había resultado una versión organizada del amor. "



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