El cristianismo y la lucha de clases (fragmento)Nikolái Berdiáyev
El cristianismo y la lucha de clases (fragmento)

"Es indispensable penetrar el problema de las correlaciones de la libertad y de la violencia, pues se presta a menudo a errores y confusiones. La aparente libertad quiere disimular una actitud apremiante, e inversamente, el apremio aparente puede ser muy bien una liberación. La defensa de la libertad, es decir, del supremo valor, puede transformarse en un principio conservador, manteniendo la violencia existente, a la cual estamos acostumbrados. Se puede interpretar y defender la libertad de tal suerte que todo movimiento, toda transformación sea en adelante imposible. El hombre que se encuentra en una situación materialmente privilegiada se inclina siempre a considerar cada reforma que modifica o mejora el régimen social como una violación a su libertad y un acto arbitrario. Así califica, por ejemplo, entre otras cosas, cualquier reducción de sus rentas. En el transcurso de una revolución, no sólo el hecho de ser encarcelado, de ser privado de la libertad de palabra y de ser fusilado aparecen como una violencia, sino hasta el de ser privado de ventajas jurídicas y económicas, de las cuales podía gozar anteriormente. Por el contrario, el hombre que materialmente se hallaba desheredado verá en la reorganización de la sociedad una libertad, y para él la violencia residirá precisamente en la conservación de un régimen bajo el cual era desgraciado y estaba privado de bienes materiales.
Todo cambio implica ya, en cierto modo, una violencia ejercida en el mundo material. Cuando me levanto para irme a otra habitación a hablar con alguien efectúo, por lo mismo, una serie de transformaciones coercitivas en el mundo que me rodea. Empujo mi silla, abro la puerta, obligo a la persona que se halla en la habitación de al lado a volver la cabeza para mirarme y escuchar lo que voy a decirle. Mientras me quedo tranquilo en mi puesto, el mundo que me rodea se encuentra libre y no está sometido a ningún apremio. La libertad, a veces, es un a modo de: "Déjeme usted en paz".
Por el ejemplo elemental que acabo de citar se puede juzgar de lo complejo que es el problema de la libertad y de la violencia en la libertad social y particularmente en lo que encierra de material. Hasta una larga esclavitud, a la cual el hombre se haya acostumbrado como un estado normal e indispensable, puede ser considerada como una libertad, y una transformación de la conciencia es necesaria para que parezca intolerable su alineación. "



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