Certamen de flores (fragmento) "Liric. ¡El lirio del valle! (Se sienta Siempreviva.) En el desierto nacido, y en un rincón ignorado, visto este traje morado, señal de dolor y olvido. Solitario penitente, paso mi existencia esquiva, mirando siempre hacia arriba y en larga oración ferviente. Es mi oración el aroma que de mi seno se exhala, y el viento lleva en el ala de una loma en otra loma. La brisa, que en leves giros vuela, sin causar agravios, al acariciar mis labios encuentra sólo suspiros. Un cáliz ancho y profundo dióme la naturaleza para guardar la tristeza que yo recojo en el mundo. Y á veces mi duelo es tanto que desborda el cáliz mío cuando se mezcla el rocío con las gotas de mi llanto. Y ¿por qué tal ansiedad y esa ausencia de contento?... ¡Ay! ¡Es que yo represento á la mísera orfandad! Y cual huérfano en la vida, vivo triste y solitario, y por nadie, en mi calvario, es mi suerte compartida. ¡Ay, de aquel que en los excesos de una angustia singular tuvo el dolor de olvidar qué sabor tienen los besos! ¡Esos besos paternales que inundan de íntima calma, y que llegan hasta el alma, cual caricias celestiales!... Eso es, pues, el pobre lirio. A vuestro fallo se ofrece... ¡Si alguna palma merece es la palma del martirio!... (se sienta.) Siem. (Se levanta.) Una creatura extraordinaria, de procedencia divina, conozco... Pas. (se levanta.) Ya se adivina. Seré yo... ¡La Pasionaria! (Se sienta Siempreviva ) ¿Quién, por ventura no ha visto sobre mí los instrumentos que con martirios cruentos dieron muerte á Jesucristo? Sí; de mi seno al través desde entonces se admiraron los clavos que penetraron por sus manos y sus pies. Y en torno mío, fielmente, trazando erizada zona, se descubre la corona que ciñeron á su frente. Y aunque existe alguna flor que lleva también espinas, mis espinas son divinas, pues son las del Redentor. " epdlp.com |