Atardecer (fragmento)Barbu Delavrancea
Atardecer (fragmento)

"Stefan. ¿Por qué preservar ese tórrido silencio, chicas? Si en el fondo no sois más que venado que va y viene, una fluctuante bandada de gorriones cautiva en un estanque congelado que prorrumpe en continuos gritos y lamentos... ¿Acaso unas tiernas y humildes flores sobre un prado asolado por el mecenazgo del viento? Deploro a la gente humilde... Venid y recibid mis bendiciones.
[...]
¿Querrías? Yo creo que... Nuestro Señor... ¿Acaso no puede el Todopoderoso decidir el quebranto de nuestra salud cuando lo estime oportuno?... ¿Acaso los tímidos ojos virginales no tiemblan cada vez que el ánima se siente amada?... ¿De quién has aprendido a fijar de esa manera la vista posada en el suelo? ¿De mí o de tus extraños padres?
[...]
Efectivamente, se decidió por Deres, lo ensilló y ajustó convenientemente la montura. Sus... (Se escuchaba un sonido similar al de un trompo calcificado). Lo cierto es que nunca había visto a un caballo recorrer tales distancias... pero sin duda disfrutaba de muy buena salud aquel corcel. Perdonad las disquisiciones caprichosas de una pobre anciana que tras aquel prolapso parezca ocultarse tras la colina, pero podéis verla. Vedla mientras su inquieta sangre hierve en aquella altiplanicie, antes de que acontezca el asueto de los nobles boyardos. Bogdan así lo desea, pero en vano será complacido por el príncipe Stefan. "



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