La isla de Sajalín (fragmento)Anton Chejov
La isla de Sajalín (fragmento)

"Las colonias del distrito meridional presentan peculiaridades que una persona que acaba de llegar del norte no puede dejar de advertir. Ante todo, la pobreza es significativamente menor. No vi ni una sola isba abandonada o a medio construir, ventanas condenadas o ciegas; las techumbres de tablas resultan tan comunes y normales como en el norte las de paja o corteza. Las carreteras y los puentes son peores que en el norte, especialmente entre Maloie Takoe y Siantsi, donde después de las crecidas y las fuertes lluvias se forman barrizales impracticables. Hasta los habitantes parecen más jóvenes, sanos y animosos que sus compañeros del norte; todo eso, como también la relativa prosperidad del distrito, tal vez se deba a que el principal contingente del sur está compuesto por presos condenados a penas breves, es decir, por una mayoría de hombres jóvenes y menos extenuados por los trabajos forzados. Es posible encontrar personas que solo tienen veinte o veinticinco años, que ya han cumplido su pena y se han convertido en propietarios. Muchos de los campesinos antiguos exiliados tienen edades comprendidas entre los treinta y los cuarenta años[67]. También habla a favor de las colonias del sur el hecho de que los campesinos locales no se apresuren a regresar al continente. Así, en la aldea de Soloviovka, que acabo de describir, dieciséis de los veintiséis propietarios poseen la denominación de campesinos. Las mujeres son muy poco numerosas. En algunas aldeas no hay ni una. En comparación con los hombres, parecen viejas y enfermas. En suma, hay que conceder crédito a los funcionarios y los colonos locales cuando se quejan de que el norte solo les manda mujeres «inútiles», mientras se quedan para ellos las jóvenes y las que gozan de buena salud. El doctor Z. me dijo en una ocasión que, cumpliendo con sus funciones de médico de la cárcel, decidió examinar a un grupo de mujeres que acababa de llegar y todas padecían enfermedades femeninas.
El término copropietario no se emplea en el sur, ya que aquí cada parcela de tierra se asigna a un solo propietario; sin embargo, como sucede en el norte, hay propietarios que se incorporan a una colonia y carecen de casa. No hay judíos ni en el puesto ni en las colonias. En las paredes de las isbas cuelgan pinturas japonesas; también vi una moneda japonesa de plata.
La primera colonia del Susui es Cabo Goli (Cabo Pelado). Solo existe desde el año pasado y las isbas aún están sin terminar. Cuenta con veinticuatro hombres y ni una sola mujer. La colonia se alza en un promontorio que ya antes se llamaba cabo Pelado. El arroyo está lejos de las viviendas y para llegar hasta él hay que bajar por la colina; no hay pozos.
La segunda colonia es Mitsulka, llamada así en honor de M. S. Mitsul. Cuando todavía no existía la carretera, en el lugar en que actualmente se alza Mitsulka, había una estación reservada a los funcionarios que viajaban por motivos oficiales. A los empleados y los palafreneros se les permitía construirse una casa antes de haber cumplido su pena; de se modo se establecieron cerca de la estación y empezaron a llevar sus propias haciendas. Solo hay diez viviendas y veinticinco habitantes: dieciséis hombres y nueve mujeres. Después de 1886 el jefe del distrito ya no permitió que nadie se estableciera en Mitsulka, medida muy oportuna, pues la tierra no vale nada y los prados solo son suficientes para diez haciendas. Actualmente la colonia dispone de diecisiete vacas y trece caballos, amén de ovejas, y en los registros oficiales también aparecen anotadas sesenta y cuatro gallinas, pero nada de eso se duplicaría si el número de haciendas se multiplicara por dos. "



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