Los viejos amigos (fragmento) "La pasión, una enfermedad que no se cura nunca del todo; que deja heridas, resaca, epílogos, sí, aunque ése no sea exactamente el caso, porque lo que me duele ahora mismo no es cómo acabaron las cosas (con él marchándose de casa sin avisar cuando ya llevaba años enredando con Laura, yendo y viniendo de Laura), ni la sarta de mentiras que tuve que soportar durante los últimos meses: no es eso lo que me duele, sino lo que vino luego, todas sus intrigas para que me retiraran del cargo de Bruselas; su afán por demostrarle a todo el mundo que, si yo tenía un cargo político, era porque me lo había proporcionado él, y que, cuando él quería, el cargo se esfumaba. Lo peor es que así fue. O que así fue, al menos, en parte. La otra parte la puse yo, porque cuando descubres que sí, que él puede removerte el suelo que pisas, te das cuenta de que todo el hermoso edificio se sostiene sobre una charca podrida: el mundo como Venecia, apariencia, las bellas piedras flotando sobre troncos corrompidos, las aguas fétidas, las ratas. Esos conceptos de lo barroco en los que trabajaba Elisa, el esplendor de la fruta y la podredumbre, cuestión de minutos. El esplendoroso verde de un aguacate, que, en cuanto pasa media hora, ya es negruzco, repulsivo. Y pierdes la poca fe que te quedaba, porque, al cabo, descubres que lo que Narciso exhibía, aquello de lo que presumía era la verdad, al menos una parte sustancial de la verdad, de la que yo no me había enterado, o no había querido enterarme. Como ocurre con el teatro, que acabas descubriendo que sólo se puede creer en la mentira de la representación porque la representación es la única verdad. No me echó del cargo él, quizás me fui media hora antes de que él me echara, pero me fui cuando ya se me había caído la venda de los ojos y había descubierto que, con mis propios medios, jamás hubiera podido adquirir un pasaje para Bruselas, porque aquel viaje costaba más de lo que podía yo ofrecerle a la taquillera. Valdría la pena no enamorarse en la vida si la resaca del amor tiene que traer indefectiblemente todas esas miserias, la basura. " epdlp.com |