De las memorias de un maestro de Poznán (fragmento)Henryk Sienkiewicz
De las memorias de un maestro de Poznán (fragmento)

"En poco tiempo, su fuerte acento polaco dio al traste con todo lo logrado con sumo esfuerzo y el exagerado número de asignaturas que tenía no le permitió al niño dedicar a cada una de ellas tanto tiempo como su sobreexplotada memoria exigía. Una casualidad contribuyó aún más a aumentar los fracasos. Tanto Michaś como Owicki se olvidaron de informarme de unas tareas que tenían que hacer y que no hicimos. A Owicki no le afectó, porque al mejor de la clase ni siquiera le preguntaron por ellas, pero Michaś recibió una reprimenda pública con amenaza de expulsión.
Suponían que el muchacho me había ocultado intencionadamente la obligación de realizar aquellas tareas para no trabajar. Y el muchacho, que era incapaz de decir la más insignificante mentira, no tenía manera de convencer a nadie de su inocencia. En realidad pudo haber dicho en su defensa que también Owicki se había olvidado, como él, pero no se lo permitía su honor de alumno. A mis explicaciones, los alemanes respondieron con la apreciación de que induzco al muchacho a la pereza, lo que me causó gran preocupación, pero aún más me inquietaba la imagen de Michaś. Aquel día, por la noche, pude verlo escondido, apretándose la cabeza con ambas manos y susurrando: “Duele, duele, duele”. Al día siguiente, por la mañana, llegó una carta en la que su madre le llenaba de mimos por aquellos sobresalientes, lo que era un nuevo golpe para él. "



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