Días en Petavonium (fragmento)Antonio Colinas
Días en Petavonium (fragmento)

"Iban en las alforjas de mi asno el copón, el cáliz, la patena, los ropajes y ornamentos sagrados envueltos en unos paños cárdenos y deslucidos. Salimos, como he dicho, al amanecer y debíamos llegar a mediodía a Armuz. Allí dormiríamos y, al día siguiente, tras celebrar la fiesta con sus actos religiosos y profanos —los primeros, constaban de misa solemne y procesión; los segundos, de una comida y un baile públicos—, regresaríamos al atardecer para llegar a Fuentes ya con estrellas. Los momentos de la ida a Armuz son los que han permanecido más vivos en mi memoria. De los instantes pasados en la aldea me siento como conmocionado por algo que pasó allí, y de lo que apenas tengo recuerdos. Es más, éstos no van más allá de una serie de breves visiones —casi simbólicas— que son las que a mí me persiguen desde entonces en mis sueños: el patio de la casa parroquial con sus flores y un pozo entre altos muros de piedra, el ábside del templo junto al huerto de enormes frutales, las humildes calles de la aldea, asaltadas aquí y allá por enormes peñascales negros, la presencia de otros niños, un riachuelo que cruzaba rumoroso monte abajo...
Acabo de hablar de mis sueños. Recordaré aquí el más obsesivo de ellos. Estoy contemplando el huerto de la iglesia de Armuz, situado detrás del tosco ábside. Es una hora muy sombría y veo a alguien que cava muy nerviosamente con una azada en la tierra negra, en ese concreto límite que hay entre la piedra del muro y la tierra. Cava un hombre y, a pesar de la oscuridad, veo brillar en el suelo un tesoro del que apenas puedo distinguir las formas porque siempre me despierto en ese preciso instante. El sueño se ha repetido a lo largo de los años con ligerísimas variantes, pero siempre hay una serie de elementos-clave que no varían: la iglesita de Armuz, de piedras negras y oxidadas, la hora sombría, la persona que cava junto al muro y que parece hallar un tesoro. Quiero decir con esto que Armuz, además de ser para mí uno de esos lugares vivísimos de la memoria infantil, vuelve a veces por medio de ese sueño enigmático. "



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