Crónicas de pobres amantes (fragmento)Vasco Pratolini
Crónicas de pobres amantes (fragmento)

"Este domingo Mario es huésped de casa Nesi. Tras la muerte del padre, Otello se ha emancipado de improviso. Se ha vuelto de modales francos, sociable, en poco tiempo se ha granjeado de nuevo las simpatías de la calle. Las mujeres no han saboteado su tienda, y hasta Clorinda ha vuelto a comprarle. A todo eso ha contribuido el hecho de que haya regularizado su posición con Aurora, al casarse con ella; fue una boda sin pompa ni convite: subir y bajar las escaleras de la alcaldía, frente a nuestra calle, con los testigos elegidos entre desocupados que esperan para eso en el patio de Palazzo Vecchio. Pero al niño aún no lo ha legitimado. Sin embargo, Otello está decidido, como dijo a Staderini, a considerar el pasado muerto y enterrado. Busca todas las ocasiones para borrar la sombra de remordimiento que todavía lo trastorna. Ha comprado un gramófono con bocina y una carpeta de discos. Después de cenar escucha las canciones junto con Aurora; apartan la mesa y dan algunos pasos de baile. Al niño lo han dejado con la nodriza en casa de esos campesinos que conoce la Señora y que crían al mismo tiempo a la hija de Liliana. Muchas noches Otello sale con Mario y con Bruno: van a jugar una partida de billar. Mario ha sido el promotor del grupo. Sin embargo, de Aurora aún no se fía Mario. Le parece astuta y calculadora y sus atenciones para con Otello excesivas y, por eso, insinceras. Tampoco físicamente le gusta Aurora: ya es una mujer madura, un poco ajada; no consigue explicarse cómo puede haber perdido Otello la cabeza por ella. Mario está convencido de que hay que atribuir a Aurora la responsabilidad exclusiva de todo lo que les ha sucedido. Hoy Mario ha aceptado la invitación para no hacer un desprecio a Otello; pero, como es un muchacho sencillo, puede hacer comedia a las mil maravillas mientras sólo se trate de engañar a Clorinda, pero no consigue disimular sus sentimientos cuando éstos comprometen la moral. Se muestra amable pero frío con Aurora. Y durante la comida no tiene la vivacidad habitual, responde sí y no, no hace preguntas, no anima la conversación. "


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