Dafnis y Cloe (fragmento) Longo de Lesbos
Dafnis y Cloe (fragmento)

"Por la mañana los mancebos de Metimna buscaron en balde la amarra. Nadie confesó haberla tomado. Disputaron un poco con sus huéspedes por este motivo, se embarcaron y se fueron. Navegaron treinta estadios, y llegaron a los campos donde moraban Dafnis y Cloe. Aquel llano los pareció muy a propósito para correr liebres. Y como carecían de soga o cuerda que les sirviese de amarra, entretejieron y retorcieron largas varillas de verdes mimbreras, con las cuales amarraron la nave a tierra por la alta popa. Soltaron luego los perros para que olfatearan y levantaran la caza, y tendieron las redes en los sitios que juzgaron más adecuados. Los perros, con sus ladridos y carreras, espantaron las cabras, y éstas abandonaron los cerros y alcores y se vinieron hacia la mar, donde entre la arena no tenían pasto, por lo cual algunas de las más atrevidas se acercaron a la nave y se comieron la mimbre verde a que estaba amarrada. En la mar a la sazón había resaca, porque soplaba viento de tierra, de suerte que, no bien el barco quedó libre, las olas le empujaron y se le llevaron lejos. Pronto se percataron de ello los cazadores, y unos corrieron a la orilla, otros atraillaron los perros, y todos gritaron de manera que cuanta gente había en los vecinos campos acudió al oírlos, pero de nada valió su venida. El viento sopló más fuerte y se llevó el barco con celeridad irresistible.
Los de Metimna, enojados con la pérdida de tantas prendas de valor, buscaron al cabrero, y habiendo hallado a Dafnis, se pusieron a darle golpes y a desnudarle; y hasta hubo uno que valiéndose de la cuerda con que atraillaba los perros, iba a atarle las manos a la espalda. Maltratado así Dafnis, gritó y pidió socorro a los rústicos, y sobre todo llamó a Lamón y a Dryas. Acudieron éstos, que eran dos viejos recios, con las manos endurecidas en las labores del campo, y se hicieron respetar, exigiendo que se tratase el negocio en justicia y fuesen oídas las partes. Todos se conformaron y Filetas, el vaquero, fue nombrado juez porque era el más anciano de los que allí estaban presentes, y por su rectitud, famoso en aquella comarca. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com