Los tristes ojos de Hana Karadzikova (fragmento)Iván Olbracht
Los tristes ojos de Hana Karadzikova (fragmento)

"¡Lo pecuniario! ¡El dinero! La forma más preciada de propiedad en el mundo entero. Algo tan importante como la salud o la familia. «Hay cuatro que han fenecido mientras tú aún suspiras: el indigente, el ciego, el leproso y el estéril -dice el Talmud. Pero la pobreza es el peor de todos los males. Sólo un verdadero necio considera que el dinero es un medio para obtener un fin y que si está en posesión del mismo es para emplearlo en la obtención de harina de maíz, espíritus, o incluso para un rosario para su esposa. El dinero es la prueba de haber tenido éxito en la vida. El signo externo y visible de haber dispuesto del favor de Dios. Toda la belleza y el poder de la vida se asocian con estas efigies metálicas.
[...]
Si jamás has estado en posesión de un dinero que te pertenezca, no podrás imaginar qué difícil resulta adoptar decisiones. ¿El rojo o el negro? ¿La derecha o la izquierda? El padre deambulaba por Polana meditando acerca de estas profundas cuitas, inconsciente incluso de que la gente del pueblo, totalmente ajena a sus preocupaciones, lo interpelara. No estaban interesados en sus pesadumbres. No les concernían. Eran asuntos que incumbían únicamente a las familias Shafars y Fuchs.
¿Qué pensaban Hersch y Salomon Fuchs acerca de ello? Desde aquellas controversias que debieron resolverse en los tribunales, hacía ya largo tiempo, todo conato de contacto entre los dos linajes había sido terminantemente abolido. Ni siquiera se saludaban al encontrarse en la calle. Pero el padre podía advertir que Solomon estaba prosperando, su negocio era floreciente y era evidente que se trataba de un hombre muy inteligente. Fuchs tenía sus propios contactos entre las autoridades bohemias. Los nuevos poderes que podrían otorgarle algún favor. Y estaba plenamente convencido en su fuero interno de tener más información que los demás y, por tanto, su posición era de lo más privilegiada. "



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