Un corazón herido (fragmento)Johan Bojer
Un corazón herido (fragmento)

"Al anochecer subió a San Haushaugen. Miraba por las ventanas, a lo largo de la hilera de casas, en donde iban encendiéndose las lámparas y podían entreverse las siluetas, antes de que corriesen las cortinas.
-Quién sabe -se decía- si mi chiquitín estará ahí dentro, o aquí, o allá, y si en este momento le vestirán para dormirle.
Pero, ¿será mañana? ¿Lo tendré ya entonces?
Cuando llegó a lo alto se dejó caer en un banco, extenuada por el insomnio y la excitación nerviosa, y sintió a lo largo de la espina dorsal un dolor que la paralizaba. A poco tuvo frío. Había andado tanto tiempo sobre la nieve derretida que, tenía los pies chorreando. Desaparecieron de la explanada las últimas personas que por ella paseaban. Abajo, la ciudad rumorosa desaparecía en la obscuridad grísea, se encendían los faroles, y las chimeneas de las fábricas y las agujas de las torres se alzaban hacia el cielo de un gris ceniza. En el puerto silbaban los vapores. Algunas estrellas solitarias y pálidas aparecían en el firmamento.
La mujer sentada en el banco, entre los árboles, se hundía cada vez más, cada vez más en la sombra. No dormía. Tampoco estaba lo bastante espabilada para sentir miedo. Transcurrían los minutos, uno a uno, con espantosa lentitud para la que esperaba.
Cuando al fin se encontró arrebujada en las frías sábanas de la fonda permaneció despierta, y la desconsoladora sensación de su soledad oprimió de nuevo su corazón. En torno a ella el mundo inmenso y triste en medio del cual se encontraba completamente sola. Tanto daba que estuviese en la calle helándose como que se guareciese en una casa pequeña y caldeada. "



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