Costumbres errantes o La redondez de la tierra (fragmento)Enrique Molina
Costumbres errantes o La redondez de la tierra (fragmento)

"El lejano bramido de una noche cuya verde coraza se abre como un pescado
La infancia de la lluvia con mejillas de invernáculo errante empeñado por el vapor de las plantas
Las ligaduras sueltas que dejan cicatrices invisibles
La música de dos cuerpos escogidos por el amor para estatuas del fuego levantadas en una llanura infinita
O en la sombra de un puerto perseguida por una garra de plata
Con las uñas iluminadas como ventanas de hogares distantes en los que se ve a una pobre muchacha
preparando el alimento para las bestias del sueño
Los rojos candelabros de palmeras donde silba el exilio
Las agujas de sangre viva los pájaros hacia el fin las nubes los trajes de lentejuelas marinas
Y el golpe de las pisadas en el extraño planeta llamado Tierra
Hacen el gusto a liquen de los días
La paciencia insaciable de los hombres
La ahogada del invierno arrojada a otra costa por el viento

Ahora veo el país de grandes alas
Limitado lágrima a lágrima por todo aquello que no vuelve jamás
Atravesado por la emigración de las almas arrastrando sus pesados cubos de sangre y sus utensilios de pasión y de cólera
Habitaciones invadidas por helechos gigantescos en las que acecha la fiera de aire gris de las mujeres olvidadas
Posando sus zarpas de seda en una sonrisa
Pero el solitario acaricia la cabellera de la distancia cubierta de plumas centelleantes
y estremecida por el horror al vacío
En un reverbero de canciones y faroles en el amanecer de una estación desconocida torturada por los viajeros
Faroles que brillan con un hechizo venenoso
Como la serpiente de las añoranzas eternas cuyo estuche sombrío
Exhala un olor a mariposas descompuestas dentro de una caja de terciopelo misterioso envuelta en llamas. "



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