Novela de Andrés Choz (fragmento)José María Merino
Novela de Andrés Choz (fragmento)

"Imagina otra vez a Asunción por los paisajes de su propia niñez: el montón de carbonilla en la ladera, abajo el río, alguien tiene un mochuelo atado por una pata, el bicho intenta huir, sería esta hora, el sol hacía relumbrar las hojas del nogal, pero debajo la sombra tenía un volumen que si cierras los ojos puedes casi sentir otra vez, y el mochuelo trabado en una rama aletea inútilmente cabeza abajo.
Bueno, piensa, un novio; no le viene mal un novio a Asunción tan sola, pero no un minero, estaría bien uno del cuartelillo, cómo se llamaba aquel tan alto, tan seco, el que les quitó el mochuelo, bajó y dijo: qué malos instintos; yo qué sé, alguien totalmente distinto de Mateo, es más expresivo.
Y luego, al hilo de la narración fueron apareciendo nuevos elementos.
Estás derivando hacia el realismo más bercero, mon ami, habrá que retocarlo. ¿Un pormenor acaso de las relaciones entre Asunción y el nuevo galán? Pero no, aunque no vendría mal señalar que en Asunción sigue pujante el saludable instinto generador, porque así es la vida, qué carajo, y lo demás pura literatura, aunque un café me hubiera venido al pelo y a lo tonto a lo tonto llevo en el tajo hora y media.
Armando bebe el café de un golpe y dice: yo dormiría una siesta.
Se oye el rumor del puchero en que cuecen los pulpos. "



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