El colorín afligido (fragmento)Anna Maria Ortese
El colorín afligido (fragmento)

"Neville se dio cuenta, volviéndose súbitamente ante aquel sereno pero no cariñoso mandato, que en todo aquel tiempo, desde el encuentro en la Escalinata, bajo la lluvia, y durante la cena, si quería llamársela así, hasta la orden dirigida por Elmina de ir a buscar una vela, la hija de Albert nunca había pronunciado una sola palabra. Y en el mismo instante en que le impresionaba este pensamiento, el del mutismo absoluto de Alessandrina, lo invadió una emoción más profunda; por cuanto la damita, en el mismo gesto de girar el pomo de la puerta, se había detenido, y sin volverse del todo hacia atrás, por el terror a su madre, no lograba empero ocultar la pena sobrehumana que a veces se adueña de los niños no amados ante una obligación que no se atreven a afrontar, aunque deben hacerlo, y eso los sofoca. En este caso, a la oscura despensa que atravesar tras todas aquellas alusiones al terrible Colorín, se había añadido la rápida salida, por dicha puerta de la despensa apenas entornada, de una gran mariposa negra, que evidentemente se había apostado detrás de la puerta a la espera de asaltar a Alessandrina. De golpe, pasando primero por abajo, ante el rostro de Sasá, y después alzándose, la oscura criatura había ido a estrellarse en silencio contra el muro frontero, pero a la altura del techo, y era un prodigio que doña Elmina no la hubiera recibido en plena cara. Desgraciadamente quedó claro, para Sasá, que era uno de los Seres apostados detrás de la puerta, y concretamente Aquél cuyas orejas se habían alargado hasta el suelo. Por lo cual, la cara que mostró al apasionado amigo de Elmina, y luego al pretendiente de ésta, fue de total —se habría dicho— pánico y desconcierto; y se llevó las manitas a la boca, para sofocar, cosa que logró, un ¡Aaaaaaa!, ¡Aaaaaaa! de desgarrador miedo, que ciertamente le habría hecho daño a su madre, pues la causa, ya innegable, era la Criatura con Orejas, era el atroz Colorín, o su compadre de la pluma, que venían a buscarla; pero después no aguantó y, doblándose lastimeramente en dos, dejó oír un susurro. "


El Poder de la Palabra
epdlp.com