El gran secreto (fragmento)Maurice Maeterlinck
El gran secreto (fragmento)

"En el fondo, tanto en la teología y mitos antesocráticos como en las teologías y mitos de las religiones que les precedieron, no hay infierno ni paraíso. En los subterráneos del Hades, lo mismo que en las praderas de los Campos Elíseos, no están sino las sombras, los manes astrales, los dobles egipcios, los restos inconscientes de nuestros desencarnados. Los instrumentos de suplicio o los enseres de su desvaída felicidad no son sino piezas de identidad, por cuyo medio, como los borrosos interlocutores de nuestros espiritistas, prueban a darse a conocer. Aquí, lo mismo que en la India, no es el infierno un lugar, sino un estado del alma después de la muerte. Los manes no sufren castigos en la penumbra, sino que siguen viviendo allí del reflejo de su vida anterior. Tántalo padece sed, arrastra Sísifo su peña, se extenúan las danaides colmando un tonel sin fondo, esgrime Aquiles su lanza, enarbola su vara Ulises, y Hércules tiende su arco, sus vanas efigies repiten hasta lo infinito, los gestos memorables o habituales de su terrenal existencia; pero el espíritu imperecedero, el alma inmortal, no está allí, sino que se purifica y obra en otra parte, en otros cuerpos, en la larga senda invisible que la retorna a Dios. "


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