Carol (fragmento)Patricia Highsmith
Carol (fragmento)

"Sabía que Carol no diría nada más. Sabía que hasta entonces Carol la había estado empujando hacia él. Y en aquel momento pareció que todo había cambiado, cuando Carol se volvió y se acercó a ella, y su corazón dio un paso de gigante.
Siguieron hacia el oeste, por Sleepy Eye, Tracy y Pipestone, a veces optando caprichosamente por una autopista indirecta. El Oeste se desplegaba como una alfombra mágica, con los ordenados y apretados grupos de granjas, graneros y silos que divisaban desde media hora antes de llegar junto a ellos. Una vez se detuvieron en una granja para preguntar si podían comprar gasolina suficiente para llegar a la gasolinera siguiente. La casa olía a queso fresco recién hecho. Sus pasos resonaban huecos y solitarios sobre las sólidas maderas del suelo, y Therese sintió una ferviente oleada de patriotismo. Estados Unidos. Había un cuadro de un gallo en la pared, hecho con coloridos retales de tela cosidos sobre un fondo negro, tan bonito que hubiera podido estar en un museo. El granjero las avisó de que había hielo en la carretera que llevaba directamente hacia el oeste, así que cogieron una que se desviaba hacia el sur.
Aquella noche descubrieron un circo de una sola carpa en una ciudad llamada Sioux Falls, junto a una vía de ferrocarril. Los que actuaban no eran muy expertos. Los asientos que ellas ocupaban eran un par de tablones anaranjados en primera fila. Uno de los acróbatas las invitó a la tienda después del espectáculo, e insistió en darle a Carol una docena de carteles del circo, porque a ella le habían gustado mucho. Carol le envió algunos a Abby y otros a Rindy, y a Rindy le envió también un camaleón verde en una caja de cartón. Fue una velada que Therese nunca olvidaría, y, a diferencia de la mayoría, esta se reveló inolvidable incluso mientras la estaba viviendo. Era el paquete de palomitas que compartían, el circo, y el beso que Carol le devolvió en algún rincón de la tienda de la compañía circense. Era aquel particular encantamiento que irradiaba Carol, aunque Carol asumía que lo pasaban bien juntas con tal naturalidad que lo hacía extensible a todo lo que las rodeaba, y todo salía a la perfección, sin decepciones ni obstáculos, tal como lo deseaban. "



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