Brazil (fragmento)John Updike
Brazil (fragmento)

"Si «salía» con algunos de sus condiscípulos, conservadores y pusilánimes aunque apuestos y admirables hijos de la oligarquía y su funcionariado, ¿Qué tenía de malo? Isabel era joven, estaba colmada de energía nerviosa y tomaba la píldora. Se puede ser fiel en espíritu, especialmente si en el momento del orgasmo una cierra los ojos y piensa: Tristao. Arrancado de su vida, inmodificable en la ausencia, se había convertido en un ser inviolado, una pieza intocable de ella misma, tan secreto como las primeras nociones sexuales de un niño.
El padre, al comprobar lo que parecía ser su aceptación de la situación, se felicitaba a sí mismo por el éxito de su estrategia. Iba y venía por el vasto piso como una babosa extraña, con su fina piel azulina, la sonrisa de labios pálidos, la frente cada vez más despejada en declive sobre la vaga benevolencia opresiva de su mirada, como la de las monjas que habían dado clases a Eudóxia e Isabel en la escuela. Salomao había pedido un año y medio de excedencia en el país antes de ocupar su nueva embajada, en Afganistán. De noche Isabel le oía practicar el persa y el pashto en su dormitorio: la voz profunda, oscilante y a veces gutural, era tan islámica en sus pasiones que lo imaginaba con un turbante flojo y una túnica suelta, regateando el precio de unas alfombras o condenando a muerte a los blasfemos. El hombre explicaba modestamente que ninguna de las dos lenguas le resultaba demasiado difícil, pues ambas eran ramas del indoeuropeo. De vez en cuando la llevaba a un concierto o al teatro en la escasa ronda capitalina de acontecimientos culturales. Durante días enteros apenas hablaban, cada uno preocupado por diferentes obligaciones y círculos. Isabel se atenía a su senda académica en una especie de trance, bajo el hechizo de un juramento cuyo emblema interior eran dos grises cañones de pistolas en lugar de una cruz. No sería ella la causa de la muerte de Tristao, al que guardaba en su corazón como a un prisionero a salvo en una celda cerrada a cal y canto. "



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