Una desolación (fragmento)Yasmina Reza
Una desolación (fragmento)

"Nancy puede hablar de tu desarrollo durante varios minutos. Aplastamiento y desarrollo son las dos grandes líneas de tu historial. Ni una sola vez me has preguntado por mi salud. ¿A qué debo atribuir ese silencio? ¿Pudor? ¿Indiferencia, cansancio? Debes saber que no estoy bien. Y si, desde siempre, me has conocido propenso a las enfermedades, debes saber que a partir de ahora condicionan mi empleo del tiempo. Pero a ti te da igual, para ti eso no es un tema de conversación. Tu cuñado Michel, que vino el domingo con tu hermana y el niño —fue entonces cuando pronunció refiriéndose a ti la palabra feliz—, también se desarrolla, figúrate. Se ha inscrito en los excursionistas judíos de la Ile-de-France. No ha encontrado nada mejor para ser finalmente judío. El último fin de semana recorrieron Montfort-L’Amaury-Coignières. Vinieron por la tarde, aquella misma mañana él había hecho Montfort-Coignières. Dieciocho kilómetros. Locos de alegría. Entre chaletitos, bosques cortados por carreteras, montículos de piedras, por lo que sé. Muy despreocupado, también él. Ni un atisbo de problema existencial. De paso, me dirás, ha arrancado cantidad de yerbajos. Cuéntame cómo es posible, en grupo para colmo, atravesar Montfort, Cergy, Coignières, entre los vertederos y los campos de remolacha, volver por la línea B del RER y seguir siendo un hombre optimista. He ahí un chico que se levanta el domingo, después de una semana agotadora, que se levanta al alba y que se dice qué bien, hoy voy a Coignières con mis camaradas excursionistas judíos. A Coignières. Uno se desarrolla donde puede, por lo que parece. Tú necesitas el Caribe. Porque, como colofón de mi despotismo y de mis malos tratos, te he convertido en una puta de lujo. Si permaneces impermeable a la poesía de Cergy-Pontoise, es sin duda por mi culpa y entiendo mejor que nadie, date cuenta, que no se pueda enderezar el timón de la desdicha en el Gran Cinturón.
Has decidido tomarte un año sabático. Fíjate, he tenido la curiosidad de consultar esta locución en el diccionario, la fórmula es completamente inadecuada aplicada a ti ya que se refiere a los universitarios que cada siete años se dedican a investigaciones personales. Pero da igual, si hubiera que evitar los abusos o las extensiones de lenguaje, mejor renunciar a abrir la boca. Así que has decidido tomarte un año sabático, término púdico para designar en realidad, según tus allegados, una vida sabática. En fin, has decidido no volver a dar golpe. Bien. Lo que me interesa de tu decisión, pese a todo, es su absoluta vacuidad. Eso dicho por una vez sin ironía. Cuando decides no volver a dar golpe a excepción de visitar el planeta, no cargas con ningún escrúpulo, con ninguna virtud parasitaria, ajena a ti evidentemente, y te lo agradezco, la idea de consagrar tus horas a un voluntariado cualquiera, de aprovechar tu disponibilidad para defender huérfanos o selvas vírgenes. Radicalmente egoísta, radicalmente entero. En nuestros días, no es tan corriente y más aún cuando cabía temer que tu debilidad de carácter te empujara hacia algún exceso filantrópico. "



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