Hotel nómada (fragmento)Cees Nooteboom
Hotel nómada (fragmento)

"A la mañana siguiente los gritos serán más fuertes. A las cinco de la madrugada empieza el canto del gallo de Alá, tan penetrante que me despierta de un sobresalto, una infinita llamada a la oración, una voz, torturada a la par que rutinaria, que se pierde en los infinitos giros de su grito. No hay manera de escapar de ella, el día ha empezado y Alá quiere que se le adore. Media hora después, cuando al fin ha terminado la salmodia del muecín, me vuelvo a sumergir en unos sueños indefinidos, fuera del tiempo y del espacio.
La mañana es fría y hay un poco de neblina. Salgo afuera y me adentro en la Biblia. El sol saliente prende fuego a la muralla ocre, los muchachos pasan ante ella con sus corderos, sus asnos cargados de leña, bereberes de los alrededores transportan mercancías para el mercado. En los mandarinos susurran los pájaros al compás del martillo del calderero. Los hombres aventan el grano con las manos, hierran los caballos, una mujer pasa la lengua por su cerámica recién hecha, se pesan las especias una y otra vez con un peso ligero como una pluma, el encantador de serpientes ya ha congregado a su público, en la carnicería los pies de camello están perfectamente dispuestos en hilera, el arriero grita «¡balek, balek!» al pasar con su burro cargado con grandes pedazos de reluciente sal... veo un mundo que ya no existe... el olor de la carne sobre la brasa en cazuelas de barro, mujeres en largas túnicas negras ataviadas con fantásticas joyas separan el grano de la paja.
¿Qué es lo que me hace sentir tan feliz aquí? Tal vez sea el silencio, es decir, la presencia exclusiva de personas y animales. En una esquina del mercado están aparcados todos los burros. Dentro de un par de años serán motocicletas, más tarde, automóviles. Pero ese momento todavía no ha llegado. Mi sensación de bienestar podría deberse también a la transparencia, es decir, a ver cómo se fabrican las cosas. Herreros, curtidores, panaderos, todos reunidos en el mercado, escritores y narradores de cuentos, mendigos y carniceros, el universo entero encima de un terrón, un mundo encerrado en sí mismo, autosuficiente, un mundo en orden, ésa es la impresión que produce. "



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