Muerte en Persia (fragmento)Annemarie Schwarzenbach
Muerte en Persia (fragmento)

"De vez en cuando mis conocidos ingleses me preguntan qué estoy escribiendo. «Un diario impersonal», respondo entonces. Pues qué más impersonal que describir este valle o las montañas, las llanuras, las carreteras y los ríos; un pintor sabría hacerlo mejor. Incluso cuando hablo de la vida que hacíamos en la expedición el relato dista mucho de ser una confesión personal. ¿Las noches en la terraza de Persépolis? ¿Las conversaciones ebrias? ¿Nuestras borracheras esporádicas y la pipa de hachís que Bibenski se fumaba en alguna que otra velada? Eso es tan impersonal como la melancolía del país de Mazanderán, o como el pitido estridente del barco ruso en el puerto de Pahlevi. E igual de impersonal es divisar al alba la delicada nube en torno a la evanescente cima del Demavend y reconocerla una noche, en la penumbra de la tienda, cual sustancia irreal en torno a los rígidos hombros de un ángel...
Por tanto, no me pregunto por qué me descubro sino más bien por qué escribo. Pues ciertamente no es fácil hacerlo; es un esfuerzo tremendo y, probablemente, infructuoso. Hay que recordar, y aunque el recuerdo no nos suelta ni siquiera por un instante —ni a mí ni sin duda a mis compañeros de destino—, al menos no tenemos que saber nada de ello. En efecto, ya estamos acostumbrados a la condición que nos es propia en este país: no somos libres ni por un instante, no somos nosotros mismos, lo ajeno se apodera de nosotros y nos aleja de nuestro propio corazón. "



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