Azar (fragmento)Joseph Conrad
Azar (fragmento)

"No me respondió enseguida y, mientras esperaba, pensé que nada lo hace a uno parecer tan loco como una confesión, y de todas las confesiones, la escrita es la más perjudicial en todo sentido. ¡No te confieses nunca! ¡Nunca jamás! Una broma inoportuna es siempre fuente de amargo arrepentimiento. A veces puede arruinar a un hombre, pero no por ser una broma, sino por ser inoportuna. Y una confesión, de cualquier tipo, es siempre inoportuna. Lo único que puede hacerla soportable durante un rato es la curiosidad. ¿Sonríes? Te aseguro que es así o, de no ser por la curiosidad aquel que confiesa se quedaría solo al llegar a la segunda frase. ¿Cuántas almas realmente compasivas conoces en el mundo? ¿Una de cada diez, una de cada cien... de cada mil... de cada diez mil? ¡Ah! ¡Menudo engaño son las confesiones! ¡Qué terrible engaño! Lo que uno busca con ellas es compasión y lo único que obtiene, a lo sumo, es una efímera sensación de alivio. Porque una confesión, cualquiera que sea, mueve las secretas profundidades del carácter del oyente. A menudo profundidades de las que él mismo es sólo vagamente consciente. De modo que los virtuosos se sienten en secreto triunfantes, los afortunados se divierten, los fuertes se disgustan, los débiles se preocupan o se irritan con uno, según sea la medida de su propia sinceridad. Y todos ellos, en lo profundo de su corazón, lo tendrán a uno por loco o por imprudente. "


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