Amor duro (fragmento)Guðbergur Bergsson
Amor duro (fragmento)

"Se había detenido un momento en la puerta con la mano sobre el pomo y se echó a reír de pronto. La risa era franca y espontánea y revelaba una alegría infantil. Esta era, creo, la primera vez que lo veía reír en mi presencia; se transformó, y en su risa había juventud y malicia a la vez, pero testimoniaba una simpatía amable hacia la «vieja» y hacia otras mujeres que incurrían en la monstruosidad de envejecer antes de su edad; la culpa es de ellas mismas por comer sin parar.
No puedo negar que se había expresado bien, su mujer era un auténtico vejestorio al que sin duda había seducido mientras empujaba el carrito de la compra en Haugkaup o a la que había recogido de la calle y se había llevado a Ven Esta Noche para gastarme una jugarreta.
La gente corriente a la que no prestamos atención en la calle creyendo que tienen un alma vulgar y tienen una existencia insignificante, viven a menudo una vida más variopinta y animada que quienes se saben hermosos, cultos y famosos. Buena parte de ese vulgo oscuro convierte la vida en una auténtica obra de arte o en poesía viviente para uso cotidiano a base de adulterio, de andar a vueltas con el deseo y de toda clase de triquiñuelas humanas y animales. Eso es auténtica poesía cotidiana. Tal vez una novelucha rosa, pero por lo menos tiene cierto argumento, más ágil y más claro, aunque a veces no sea más que intentar conseguir cosas, los problemas con los coches, comprar casa, el arte de trapichear o una inclinación envidiosa e inofensiva hacia alguna cosa que uno puede permitirse mejor que los otros.
También existen otros, gente especialmente culta y educada, que están siempre escogiendo lo mejor pero que nunca consiguen nada, o que convierten la vida en una pesadilla por una artificial fidelidad que sazonan con pecados de pensamiento.
Sé que mi compañero me lleva ventaja en lo concerniente a la imaginación de uso cotidiano en nuestro trato y en la vida; él es el aceite, el resorte y el motor de todo, y creo que yo soy poco más que el rateo del motor en lo que escribo.
Mientras estaba en el estudio esperando que transcurriera un tiempo razonable antes de irme a casa, reflexioné sobre esto y lo puse luego sobre el papel el 14 de marzo de 1990. "



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