Historia de las utopías (fragmento)Lewis Mumford
Historia de las utopías (fragmento)

"Una mirada retrospectiva hacia el futuro: con esta paradoja, un joven novelista de Nueva Inglaterra llamado Edward Bellamy, preocupado —como Thoreau, Emerson y los demás autores de la gran escuela de Concord— por el bienestar de su comunidad, pasó de la literatura a la sociología y agitó las conciencias de miles de norteamericanos, más o menos de la misma manera que Theodor Hertzka, también en la misma época, agitaba las de sus contemporáneos europeos. Habiendo novelizado primero la realidad, durante la década que siguió a la publicación de El año 2000, una visión retrospectiva, Bellamy se consagró a la realización de su novela. En una obra posterior, Equality, presenta un cuadro mucho más detallado de la Nueva Sociedad del año 2000, como si la popularidad de su primer trabajo lo comprometiese a asumir seriamente las tareas del economista y del hombre de Estado.
Hoy en día, la lectura de estas dos obras despierta sobre todo el placer de lo que nos es familiar. De hecho, si Bellamy no dibujó un futuro mejor, al menos esbozó —a la manera de H. G. Wells en sus primeras novelas— muchas piezas de un futuro que, para nosotros, se ha vuelto realidad en el siglo XX; algo que, a nuestros ojos, acentúa vivamente las limitaciones de su utopía. A pesar de su seco estilo, Bellamy maneja su historia de forma pulcra y profesional, con una cierta verosimilitud y familiaridad que sin duda explican el hecho de que todavía pueda encontrarse sin dificultad en los anaqueles de ficción de nuestras bibliotecas públicas.
El prefacio de El año 2000, una visión retrospectiva lleva la siguiente fecha: «Sección Histórica, Colegio de Shawmut, Boston, diciembre 28 del 2000». En dicho prefacio, la obra se presenta como una novela declarada que permitiría a los lectores de 2000 reparar en la brecha que los separa de sus ancestros y también valorar la prodigiosa transformación «moral y material» que se habría producido en apenas unas generaciones. Julius West es un personaje inventado por el historiador Shawmut para servir de puente entre esas dos épocas: un joven pudiente, consciente de la ignominia de su posición y sensible al hecho de que, en su condición de «hombre rico que vive entre los pobres o de persona instruida entre gente ignorante, era lo mismo que aquel ser humano aislado en medio de una raza desconfiada y extraña». Para combatir el insomnio, West duerme en un cuarto abovedado situado en el sótano de su casa y deja que un hipnotizador le induzca al sue­ño. Un dramático descuido hace que hiberne durante 113 años y que despierte rodeado de rostros extraños. Huelga decir que West mantiene una relación amorosa en el viejo mundo que continúa también en el nuevo gracias a una descendiente de la chica con la que tenía previsto casarse. Y tampoco hace falta señalar que vuelve a despertarse en el mundo de 1887 una vez se han descrito las instituciones del 2000 y se ha resuelto dicho asunto amoroso. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com