Porque éramos jóvenes (fragmento)Josefina Aldecoa
Porque éramos jóvenes (fragmento)

"La madrugada tiene el poder de convertir en amenazas las cansadas verdades cotidianas. Estoy acongojada y me asaltan demasiadas preguntas esta noche. Te escribo y pienso: Yo, para ti, ¿estoy muerta? ¿Y Julián? ¿Está vivo o muerto? En cuanto a mí, sólo lo que veo y palpo y oigo, vive. Vosotros estáis lejos y, por lo tanto, muertos… Sólo si hubieras venido aquí conmigo estarías vivo. Cada siete años se renuevan todas las células de un ser humano, ¿no es así? ¿Qué quedará de mí, de la Annick que tú amaste, dentro de cuatro años?
En esta sucesión desorbitada de preguntas nocturnas, me digo: ¿Cómo has podido casarte con Genoveva?
Un matrimonio en una sociedad como la vuestra es para siempre. Tiene que ser así, queréis que sea así, necesitáis que sea así… Cada vez veo más claro que todos nos movemos por el deseo de estima. Queremos desesperadamente que nos quieran. Incluso la libido y el ansia de poder se derivan del deseo de estima. Y me asombra lo bajo que podemos colocar la propia estima.
Te casas con Genoveva porque tienes miedo a afrontar a una persona que te está exigiendo esfuerzos y superaciones constantes para conceder su estima. Te casas por miedo a una mujer distinta, igual o superior a ti. También porque la estima que tú buscas es la que pueden dar a tu inteligencia y a tu valía profesional gentes que la han comprado con su dinero. ¿No te das cuenta que los ricos no tienen vidas ricas? ¿No te avergüenzas de la derrota que has sufrido frente a ti mismo?
Todo está perdido, pero quisiera que algún día, si lees esta carta otra vez, compruebes que me he adelantado a tu posible conocimiento del error, el desacierto, el desastre en que has convertido tu vida. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com