Socorro, perdón (fragmento)Frédéric Beigbeder
Socorro, perdón (fragmento)

"Vivir con Octave era vivir a su lado. Iba a decir «a su sombra», pero sería inexacto: no podía tener sombra porque era transparente. No era un ser humano: era un androide desencarnado, una forma vagamente humanoide, un abonado ausente. Te pasabas el tiempo esperándole, tratando de que te hiciera caso, pero nada ocurría, aquel tipo era una jaboneta, pero una jaboneta que te ensuciaba. Viví en aquella frustración permanente: no respetaba a las mujeres y sobre todo no respetaba a la suya, y creo que esto procedía de su infancia. Educado por una madre sola, idolatraba a las mujeres pero las veía como a cómitres, carceleras, capos. Yo le decía a menudo: «¡Crees que buscas a tu padre, pobre imbécil, pero huyes de tu madre!» En aquel momento se puso furibundo, pero más tarde me confesó que era la cosa más inteligente que le había dicho nunca una mujer. La proliferación de madres solteras ha hecho mucho daño, paradójicamente, a la imagen femenina: para sus retoños, una mujer es sinónimo de Ley, hay que acatarla, es a la vez un absoluto imposible y una cerrazón rompecojones. Y, por supuesto, ninguna estará nunca a la altura de la primera mujer de su vida. Un escritor francés de origen ruso llamó a este complejo «la promesa del alba». Pero cuando Romain Gary contó su infancia era un relato original, conmovedor y poético; actualmente la norma es que te eduque una madre sola. Esto produce hombres que tienen terror a la soledad. Prefieren instalarse en un piso amueblado de tres habitaciones con la primera que encuentran que despertarse solos en la cama. Y en cuanto conviven con ella le reprochan que les robe la libertad. Estos hombres incapaces de convertirse en adultos son los daños colaterales de la liberación sexual. ¿Qué hacer con los individuos que no pueden quedarse solos ni vivir con alguien? Son «bombas humanas» en potencia. El terrorismo, los asesinatos en masa, los asesinos múltiples son seguramente una consecuencia indirecta de la evolución de la virilidad en Occidente. A mí también me crió una mujer sola, sé de qué desastre hablo. Es bastante extraño crecer con una adulta soltera como modelo, la hija tiene tendencia a confundir la soledad de su madre con la vida normal, se habitúa a eso y después es incapaz de soportar a nadie. Para un chico es peor: crecer sin un hombre en casa condena a vivir sin saber nunca quién eres ni lo que quieres, aparte de conquistar incesantemente a mujeres a las que nunca consigues soportar. Nicolás Sarkozy se crió con una madre sola plantada por un marido playboy: ¡miren el resultado! Octave es un perverso porque se fusionó demasiado con su madre en la temprana infancia. No ha digerido su Edipo, que le produce una angustia de muerte: si no las seduzco a todas, moriré abandonado. ¿Cómo se llama a un niño mimado que ha crecido? Un adulto mimado. "


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