Un lector llamado Federico García Lorca (fragmento) "Es difícil pedirle objetividad a un artista, porque en su obra apuesta una parte decisiva de sí mismo. El artista, cuando no se atrinchera en la repetición de un saber ya establecido, está hecho de la misma materia que la incertidumbre. Quizá sea un mecanismo igual en todos los ámbitos, pero multiplicado aquí por la energía de la implicación personal del arte. El orgullo es una forma de autodefensa que nace de la inseguridad. Los matices, las cercanías y las distancias, la admiración y las contradicciones, adquieren un contenido profundo. Tan significativas son las deudas de García Lorca con Juan Ramón o Unamuno como sus diferencias. Eran maestros, pero estableció con ellos una relación mucho más grave que la académica. De esto fue muy consciente. Así lo demuestran las decisiones que tomó a lo largo de su vida literaria. De lo que no pudo ser consciente fue de la hermandad que su muerte prematura iba a establecer con Antonio Machado. El crimen y el exilio, dos caras de una misma derrota, dos poetas para simbolizar la tragedia de la Guerra Civil en su principio y en su final. Otra curva de la historia. La elegía que escribió Antonio Machado en la muerte de García Lorca, «El crimen fue en Granada», cerró un itinerario abierto por los versos juveniles que García Lorca había escrito sobre un ejemplar de las Poesías completas de Antonio Machado. ¿Estoy haciendo literatura? Bueno, la materia de los sueños es literaria y nosotros estamos hechos de esa materia. Quizá no sea mala perspectiva para meternos en la piel del muchacho que decidió apostar su vida a una vocación. " epdlp.com |