El poema "Poemas, sí, pero de fuego devorador. Redondos como puños delante del peligro. Barcos decididos en la tempestad. Crueles. Pero de una crueldad pura: la del nacer, la del sueño, la de la muerte. Poemas, sí, pero rebeldes, enteros como de agua, y como ella abiertos a la geometría de los cuerpos. Enteros a pesar del barro y la ternura de su perfil de astros. Poemas, sí, pero de sangre. Que esos poemas broten de lo oculto. Que liberen su pus en la plaza pública. Altos, vibrantes, como un seísmo, un exorcismo, o la muerte de un hijo. " epdlp.com |