El puente (fragmento)Gay Talese
El puente (fragmento)

"John Augustus Roebling era un joven aplicado que había nacido en 1806 en la pequeña ciudad alemana de Mühlhausen, de un padre comerciante de tabaco que fumaba más género del que vendía y de una madre que rezaba para que su hijo llegara más lejos que su progenitor. Gracias en buena parte a la ambición y capacidad de ahorro maternas, Roebling recibió una buena formación en arquitectura e ingeniería en Berlín, tras lo cual trabajó para el gobierno prusiano construyendo carreteras y puentes.
La necesidad de poder desarrollar su creatividad lo llevó a Estados Unidos con veinticinco años, donde no tardó en hallar empleo como aparejador de vías férreas y canales en Pensilvania. Cierto día, tras haber reparado en la frecuencia con que se rompían las sogas de cáñamo que arrastraban los barcos por el canal, John A. Roebling comenzó a experimentar con una fibra más duradera y enseguida pasó a rellenar el cáñamo con alambre de hierro trenzado. Esta idea acabaría lanzándolos a él y a su familia a un negocio muy próspero, base de lo que hoy día constituye la Roebling Company de Trenton, Nueva Jersey, los mayores fabricantes de cable del planeta.
Por aquel entonces, sin embargo, empujó a John A. Roebling hacia un objetivo más inmediato: la construcción de puentes colgantes. En Alemania ya había visto algunos pequeños, sostenidos por cadenas de hierro, lo que hizo que se preguntara si un puente colgante no podría ser más liviano, largo y robusto, en caso de emplear cables de hierro, y tan resistente como para llegar a permitir el paso de vagones de tren.
La ocasión de comprobarlo se presentó en 1851 al recibir el encargo de construir un puente colgante sobre las cataratas del Niágara. Esta oportunidad solo fue posible porque el ingeniero designado en primer lugar abandonó el proyecto tras un desacuerdo económico con la empresa constructora. Se trataba de Charles Ellet, un ingeniero tan brillante como absolutamente impredecible y atrevido. Al enfrentarse al desafío de tender la primera cuerda sobre las cataratas del Niágara, Ellet halló la solución tras ofrecer cinco dólares al primer chaval que consiguiera que una cometa las cruzara. Luego se hizo construir una cesta con la que fue de un extremo al otro tirando a pulso de una cuerda. Acto seguido, cubrió el trayecto en sentido contrario acompañado de su caballo, mientras la multitud reunida en los acantilados para ver su hazaña gritaba y algunas mujeres se desmayaban. "



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